En verdad planeaba que la primera entrada del blog fueran los discos que más me gustaron de 2010, pero al final por circunstancias propias y ajenas a mi voluntad he tardado más de lo que pensaba en abrir el garito, así que para compensar, tardaré aún más en hablar sobre el año pasado, pero haré un pequeño resumen de lo que han dado de sí estos dos meses y medio, que no ha sido poco, considerando las fechas.

El disco con el que mayor sorpresa me he llevado ha sido el debut de Bâton Rouge, herederos de Daïtro, ya que varios de sus miembros están presentes en este nuevo grupo, con su disco Fragments d’Eux Mêmes. Es innegable que sigue la estela marcado por los anteriores trabajos de los miembros de la banda. Melodías generalmente calmadas, con algunos cambios de ritmo importantes, las voces rasgadas, y un regusto a screamo francés del bueno, del de toda la vida. Sin embargo la mayor novedad que aporta este trabajo es que dentro de su línea es mucho más relajado de lo que estábamos acostumbrados. Existe un aire shoegaze muy importante, que le sienta muy bien. Un amigo me comentaba que efectivamente, si sonaran más fuerte y duro sería imposible diferenciarles de Daïtro, pero han logrado a través de estas melodías más pausadas un carácter propio. Realmente apostaría porque estuvieran entre mis favoritos de este año.

El siguiente trabajo del que voy a hablar es algo que muchos esperábamos, todo sea dicho, albergando pocas esperanzas: la vuelta de los míticos Rival Schools. Esto ha sucedido con su nuevo disco, Pedals, diez años después de United by Fate. Se les echaba de menos, en verdad. La particular voz del cantante, ese sonido particular y característico que tanto ha influido en bandas más actuales como Hundred Reasons. Un disco para escucharlo del tirón, post-hardcore en el mejor de los sentidos. Si no les conocía es un buen momento para empezar, yo mismo les descubrí tarde y aún así su vuelta ha sido una agradable sorpresa.

Y para acabar (por ahora), unos novatos que dan el salto al LP. No sólo me alegré porque después de dar guerra con su EP, prácticamente regalándolo (tú ponías el precio, sí, ¡tú!), han logrado grabar un trabajo completo con una calidad de sonido bastante superior, lo que también se agradece. Estoy hablando de Snowing, y su trabajo I could do whatever I wanted if I wanted. Un grupo de indie emo en la estela de Cap’n Jazz, American Football, Algernon Cadwallader y similares, con un toque bastante personal a través de un particular sentido del humor, ya sea en las portadas, en los títulos de las canciones, o en ciertos momentos de las canciones. A mí me enamoraron desde el primer momento, y espero seguir oyendo material de estos chicos de Pennsylvania.

Con esto cierro mi primera entrada, a la espera de vuestas opiniones, y por qué no, vuestros favoritos hasta ahora de este año. Sorprendedme!