Me habría encantado poder hacer antes este análisis, pero tampoco era algo que quisiera hacer a la ligera. Mi «relación» con esta banda data de hace tiempo y se han convertido en una parte importante de la banda sonora de mi vida. Por esa razón cuando vi el proyecto en Verkami me vi obligado a poner mi granito de arena y desear con todas mis fuerzas que saliera adelante, y así fue.
El pasado jueves me llegó el enlace para descargar el disco y por circunstancias de trabajo y de viajes no pude escucharlo hasta el sábado. Ya había oído la canción de This Fleeting March, que me había dado muy buenas vibraciones, y con una sonrisa en la cara di al botón de Play. El comienzo con The Magic in The Unseen (si os sabéis la historia del título de la canción, en relación con el del álbum se disfruta mucho más) no puede ser más acertado, esa relativa calma que pasa a un arranque enérgico, con toda la fuerza y sensibilidad, esa aparente contradicción que tanto nos gusta, de la voz de Sergi. Y es que una de las características que me gustaría destacar de este disco es el inmenso trabajo que hay en las pequeñas intros de las canciones. La calidad técnica musical de la banda es enorme y brilla como nunca, como puede verse en San Geronimo In The Morning, que es todo un derroche desde el principio hasta el final.
El disco sigue con This Fleeting March, siguiendo la línea de la apertura, una transición fácil y que hace que no decaiga el ánimo, para seguir con los banjos y la vuelta a los orígenes que supone La Llorona. Y es que es un disco muy variado y la primera escucha está llena de sorpresas. Sé que sólo me salen buenas palabras, pero es que es tan evidente el mimo y el cariño con el que ha sido compuesto y grabado de principio a fin que es inevitable contagiarse de esa sensación y dejarse llevar por un grupo que ha invertido tanta ilusión en un proyecto.
Canciones alegres a la par que melancólicas que te transportan a tiempos mejores como 1989, seguida de Lines y The Last Summer Ever, que dan un poco de tregua, más calmadas y reflexivas, sobre todo la última de las dos. Ya hablé antes de San Geronimo In The Morning, todo un espectáculo de principio a fin. La traca final no desmerece en absoluto con los guitarreos ligeramente blueseros de For The Ones Still Standing, la calma antes de la tormenta que es Already Over y para acabar And That Night Never Happened, una canción que no desmerecería en absoluto en un disco de The Gaslight Anthem.
Si tuviera que quejarme de algo, es de la pérdida de ese rollo más garajero de sus primeros trabajos, y que el rollo folk haya quedado relegado a un segundo plano, siguiéndose una senda más rockera. Sin embargo la evolución del grupo en general ha sido impecable y este detalle no empaña un disco que ardo en deseos de tener ya en mis manos en su versión física.
Sinceramente, no os lo perdáis. Si les conocíais os va a encantar y si aún no habéis escuchado nada de ellos estoy prácticamente seguro de que os vais a enganchar inmediatamente. Buena música hecha desde el corazón, con una inmensa cantidad de trabajo, con ganas de tocar y de compartir experiencias, celebrar los buenos momentos y aprender de los malos. Espero que este sea el año de The Destroyed Room porque se lo han ganado a pulso.