Después de un tiempo intentado poner un reproductor en el blog para que pudiérais escuchar algunas de las canciones o grupos de los que hablo y frustarme hasta el infinito (y más allá) sin ningún tipo de resultado, pues he decidido por lo pronto volver a los orígenes, sin perjuicio de seguir intentando meter más contenido «interactivo» en cuanto pueda y sepa. Dicho esto, allá vamos!

A pesar de haber caído en una cascada de merchandising sin corazón, y por que no decirlo, sin cabeza en muchos casos, me gustan The Ramones. Es un hecho. Me gusta que los pongan en un bar, los llevo escuchando desde toda la vida en series, películas, cuñas publicitarias y demás. Podría abrir una sesuda y aburridísima disgresión sobre si eran todo pose, si acercaron el punk a lo comercial, si eran unos vendidos, y un larguísimo etcétera. Y a pesar de todo, me gustan, y siempre pensé en que me habría molado verles en directo.

Así que, un buen día, descubro que lo que queda del grupo (a pesar de su corta trayectoria y papel no demasiado relevante en él) viene a mi ciudad, a tocar una selección bastante amplia de los temas más míticos de la familia Ramone. Sobra decir que me faltó tiempo para engatusar a alguien para que me acompañara.

Allí nos plantamos, en el público más disperso en cuanto a edad que he visto jamás. Mucha camiseta negra, mucha chupa de cuero y mucho vaquero apretado; mientras de fondo sonaban auténticos temazos de Bad Religion, Minor Threat y Mötorhead, entre otros; en esta tesitura comenzaron a tocar los teloneros, DEPT., desde Barcelona, con un sonido muy cercano a Incubus, una agradable sopresa, y ciertamente se hicieron querer, a pesar de la brevedad de su actuación, tocaron sólo 6 canciones. Sonidos étnicos mezclados con guitarreos distorsionados, una línea de bajo bastante marcada y juego de voces entre el cantante y el teclista. Una agradable sorpresa, intentaré buscar algo más sobre ellos.

Poco tiempo después entró Marky Ramone con su banda, Blitzkrieg. Un comentario antes de nada, mucho poner el nombre pero el tipo parecía que estaba allí para ganarse los garbanzos y poco más, creo que nunca he visto a alguien tocar con tal desgana. Se agradeció el esfuerzo de los demás miembros del grupo (entre ellos un ex-Misfits) para dar vida al concierto y animar al público, cosa que consiguieron, y haciendo unas interpretaciones bastante fieles y divertidas de las canciones originales. Más de 30 temas tocados casi sin pausa, prácticamente todas las más significativas como The KKK took my baby away, Sheena is a punk rocker, Pet Sematary, Rock’n Roll Radio y para finalizar Blitzkrieg Bop, como era de esperar, aunque se agradece. El único trozo que para mi gusto se alargó en exceso y rompió demasiado el ritmo entretenido, enérgico y vibrante del concierto fueron las tres canciones en acústico. Puede decirse que no son muy técnicos, que el sonido muchas veces se atropellaba o que el cantante muchas veces se trababa en algunas letras, pero en fin, nada que tampoco les pasara a los auténticos. Soy consciente de que es un ejercicio de nostalgia para muchos, de vivir algo que no podríamos en la realidad para otros (como me pasa a mí) y para Marky Ramone la forma de sacar pasta de la memoria del grupo en el que realmente no estuvo tan implicado como quiere hacer creer, pero hablando en plata, me lo pasé genial, sin más pretensiones.

En defintiva, si pasan por tu ciudad y tienes ganas de pasar un buen rato escuchando algunos clásicos e imaginarte que tienes delante a los originales es una oportunidad entretenida y cuanto menos, curiosa. Hasta el siguiente concierto!