El otro día incluía en mi lista de discos que quiero escuchar en este año lo nuevo de The Vaccines, pero para hacer la espera más corta tengo lo nuevo de The Maccabees, grupo con el que comparten características y que se ha adelantado a la hora de sacar su nuevo álbum.
Estamos ante un buen grupo de indie rock británico de la última ola, con influencias de la new wave y arrastrando una larga saga de música de calidad, no en vano se les compara con clásicos como The Kinks aunque últimamente se dice que están yendo en la línea de Foals. Sus melodías están muy trabajadas, las inclusiones de teclados u otros instrumentos de vez en cuando están más que bien racionadas para sorprender, gustar y no llegar a cansar; y la voz tiene un punto muy bien buscado entre partes más monocromas con otros en los que afloran los matices. Puede achacárseles que no tengan demasiadas canciones enérgicas o movidas en la línea de Kaiser Chiefs, que sean más tranquilos que los grupos de su quinta. En todo caso, el haber oído sus anteriores discos justificaba de sobra mis ganas de escuchar lo nuevo.
La verdad es que este álbum no decepciona en absoluto. No es todo lo que podías esperar del grupo, sino que es algo más. Suena menos facilón que los anteriores discos (aunque tiene sus momentos pegadizos, como es el caso de Pelican), más introspectivo, y hay ciertos dejes de las guitarras que suenan completamente post-rockeros. Suena extraño, pero es tremendamente efectivo. Combinan momentos más enérgicos y vitalistas con otros más suaves y melancólicos, convirtiendo algunas canciones en una auténtica montaña rusa, como es el caso de Forever I’ve Known. Todo esto arropado de un juego entre la voz solista y los coros muy medido, consigue que este disco tal vez no sea lo que esperabas del grupo, pero de repente no te importa. Te están dando algo nuevo que a pesar de ser una ruptura no se siente como una traición. Si queréis podemos hablar de madurez o de evolución, pero en mi opinión, han sabido como hacerlo. Y supongo que ahora mismo sólo es cuestión de tiempo que se les reconozca que Given To The Wild es un gran disco, y que hemos de quitarnos el sombrero. Una de las sorpresas más agradables de los primeros coletazos de este año.
Os dejo con el primer single y videoclip del disco, Pelican, una buena elección porque es de las que puede llegar a una audiencia más amplia, aunque para mi gusto no es de las mejores. Debe estar de moda hacer este tipo de vídeos, porque me recuerda mucho al último de Justice, On’n’On; y a la vez me parecen una suerte de homenaje a la intro de The Twilight Zone (esa gran serie). No me enrollo más, y os dejo con The Maccabees: