Cuando hice la lista de los discos más esperados de este año no incluí lo nuevo de The Saddest Landscape, no por pereza ni porque no fuera un disco que quisiera escuchar, si no porque su salida era tan inminente que no había suspense alguno. De hecho el disco teóricamente empezaba a distribuirse el día 17 de este mes, pero las sendas de internet son inexcrutables y ha caído en mis manos antes de lo esperado.
Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. En mi familia se dice que lo bueno, si breve, se acaba enseguida. Y a pesar de traicionar al refranero me parece más acertado. Y es que este disco es tremendamente corto. Si no fuera porque estamos hablando de un género en el que es algo normal (no en vano un disco de Loma Prieta se llama Our LP is your EP), podríamos estar hablando de un EP ligeramente más largo de lo usual.
Y en parte en su corta duración está su gracia. El anterior disco de esta banda se alejaba del screamo tradicional para meter cortes más relajados y tranquilos, consiguiendo un sonido más tendente al post-rock con una voz medianamente chillona de cuando en cuando. Este nuevo álbum no prescinde de estos momentos más suaves en los que aflora la calidad del grupo, pero abundan más esos outbursts de rabia y desesperación que tanto nos gustan, volviendo en parte a ese sonido caótico de sus inicios. El disco suena terriblemente bien, claro y diáfano como pocos, lo cual es una suerte porque salen a flote todos los matices de unas canciones que tienen mucho que enseñar. Y aunque en apariencia parezca un disco simple no lo es, me parece que el grupo tiene una muy buena capacidad técnica y que lo sacan a relucir en el trabajo que tienen los ritmos (estad atentos a la batería en Desperate Vespers, el corte final, porque es espectacular) y la estructura de las canciones, más elaboradas que en los trabajos de otras bandas similares.
Ahí es donde la brevedad entra en juego, pero ya no para bien. Parece que le estás cogiendo el gusto, estás disfrutándolo y se acaba. En mi opinión podría haber dado más de sí con dos o tres temas más. En todo caso, se agradece un cierto retorno a los orígenes de una de las bandas más activas del género, sin duda un hijo pródigo que a pesar de no haberse alejado demasiado del hogar y no haberle ido nada mal, siente la necesidad de abrazar el lugar donde empezó.