Valladolid es una plaza difícil, eso está claro. Se cancelan festivales pequeños de música interesante y triunfan eventos como la Superfiesta de Juan Magán y Kiko Rivera, o el infame Valladolid Latino. Con todo y con eso, hay días en los que me siento orgulloso de ser pucelano. Ayer tres bandas muy distintas entre sí se subieron a un escenario haciendo gala de una camaradería y simpatía enorme, y consiguieron que, a pesar de no haber demasiado público (una lástima porque mereció la pena) nos emocionáramos y nos lo pásaramos como nunca con ellos. Me alegro mucho de haber ido a este último día de la serie de conciertos Summer Is Music, y estaré atento a más iniciativas como ésta, porque a pesar de todo lo que se pueda decir sobre mi ciudad, si uno rasca lo suficiente, bajo lo superficie hay un considerable número de bandas haciendo muy buena música y poniéndole unas ganas tremendas.

Abrían la velada My Friendly Ghost, uno de los grupos que más se está haciendo notar en la escena vallisoletana, por méritos propios. Una mezcla curiosa de indie con toques de folk y alguna esencia venida de los 90, que a ratos llega a recordar a Los Planetas, en otros momentos a Nueva Vulcano, y con ecos de grupos internacionales como Dinosaur Jr y similares. Una combinación muy atractiva, muy fácil y agradable de escuchar y muy accesible, para un setlist de 40 minutos que me dejó con ganas de volver a verlos cuando sea posible. Rápidamente supieron meterse al público, en principio algo tímido (me incluyo) y lograr acercarle al escenario y meterle de lleno en su música. Aprovechad la ocasión para escuchar su primer trabajo en su bandcamp y si tenéis la oportunidad de verlos en directo no os lo penséis dos veces.

A los asiduos a esta página os sonará el nombre del siguiente grupo: Frieda’s Still In Love. Hace no demasiado comentaba que la evolución del grupo les ha llevado a un sonido completamente post-rockero, muy trabajado y auténticamente intenso. Ayer tuve la oportunidad de hablar después de su concierto con alguno de ellos y les dije que eran los Mogwai de la meseta. A ese punto les ha llevado su trayectoria, y lo que viví y oí ayer hace que hayan crecido exponencialmente mis ganas de oir su nuevo trabajo, que está al caer. Sonaron muy bien (dentro de las posibilidades de la Sala Porta Caeli, que sin estar mal, podría estar mejor) y cumplen de sobra con esa virtud que tiene tiene el post-rock de llevarte donde la canción quiere, relajar tus ánimos con los primeros compases para ir creciendo hasta reventar en una auténtica explosión de sonido. Podéis comprobar lo que digo con su tema de adelanto, Cinco Años Brillando, en su bandcamp.

Cerraron la noche Foxies Ent., tres de los seis miembros de Urano Players, una banda de rap con unos cuantos años a sus espaldas. A pesar de que hacía tiempo que no iba a un concierto de ese estilo de música no me disgustó en absoluto lo que presentaron y me gustó como montaban las bases (diciendo de quién eran, lo que me pareció un detallazo) y como remezclaban y pinchabas en directo. Aquí podéis escuchar gran parte del material que tienen. Una buena guinda a una noche muy completa que demostró que Valladolid tiene mucho que decir musicalmente, y que tenemos muchas bandas residentes de interés en los estilos más variopintos.