No, no es una errata ni una inocentada tardía. Este año la cantidad de discos que han pasado por esta página ha sido considerable, y en vista de la tónica general de la prensa especializada, que ha decidido que 10 es un número escaso, aquí tenéis la lista en orden regresivo de los 50 mejores discos del año, en su primera entrega.
Todos los discos que aparecen en esta lista han recibido su análisis, más o menos extenso a lo largo del año, así que cualquiera que os llame la atención podéis conocerlo en profundidad usando el magnífico buscador que nos brinda nuestro querido WordPress.
Y el afortunado que abre la lista es:
50. The Shins.- Port Of Morrow. El disco indie olvidado del año. Unos clásicos que retornaron, y con bastante acierto. Muy bonito y muy completo, pero algo fuera de época.
49. OFF! Caña antigua directa desde los 80. Canciones cortas y contundentes para volver atrás en el tiempo y montar una buena. Una auténtica sobredosis de energía.
48. Loma Prieta.- I.V. Hay que premiar lo auténtico. No tienen los mejores medios ni las ideas más novedosas, pero saben mantenerse íntegros y honestos.
47. Teenage Bottlerocket.- Freak Out! El punk pop ramoniano no morirá nunca, pero este disco se nos antojaba demasiado metalero. No alcanzó todas nuestras expectativas, aunque dejó canciones tan pegadizas como Maverick.
46. Kyoto.- Lo Que Vuelve Para Vengarse. Uno de los discos nacionales más originales en el que todo cabe: post-rock, math rock, indie y shoegaze en una mezcla sólida y sorprendente como pocas. Un riesgo que vale la pena tomar.
45. No Trigger.- Tycoon. El esperado retorno de unos supervivientes del hardcore melódico. No dio todo el juego que esperábamos, pero siempre es agradable volver a saber de esta banda, además de ser un álbum muy variado.
44. Everyone Everywhere.-S/T. Más maduros en su segundo disco, pero demasiado fríos. Indie emo técnicamente perfecto pero que juega acorde a las reglas en exceso, dejando de lado el sentimentalismo que define al género.
43. King Tuff. Un nuevo portador de la antorcha para el garage y el lo-fi. Lo suficientemente ingenuo para ser divertido, pero con la calidad necesaria para no sentirte un quinceañero por completo.
42. Fantasmage. Garage punk de factura nacional con una marcada vena indie. Fácil de escuchar como pocos y con letras perturbadoras pero graciosas. Un debut más que afortunado de la mano de Discos Humeantes.
41. Ty Segall Band.- Slaughterhouse. El reverso tenebroso de Ty Segall. El apocalipsis del garage, el caos al mando de las guitarras. Raro, oscuro e indescifrable, pero es imposible no querer volver a escucharlo otra vez.
40. Interlude.- A la Deriva. Dejan de lado su rabia para un disco más relajado, pero aún así siguen siendo de lo más destacable del post-hardcore nacional, en un álbum que choca la primera vez, pero gana con cada nueva escucha.
39. Joie De Vivre.- We’re All Better Than This. Entusiasmados y con unas ganas encomiables, en la línea de los Cap’n Jazz más gritones y adolescentes, firman un disco de emo noventero que no llegará a muchos oídos pero sí conquistará a unos cuantos.
38. Alt-J.- An Awesome Wave. Nunca un comando para Mac dio tanto que hablar. Vanguardista, ecléctico y sorprendente, un debut que desde el primer momento sonó muy fuerte en toda página de música que se precie.
37. Thee Oh Sees.- Putrifiers II. Demostrar que llevas la corona y que además estás en la primera línea de fuego es complicado, pero Thee Oh Sees lo hacen con una naturalidad pasmosa. No se despeinan con un disco fiel a sus orígenes y sorpresivo a la vez. Larga vida al rey.
36. Sore Eyelids. Desde Suecia nos llega el debut de una banda a medio camino entre el shoegaze y el emo de la década de los 90. Fuera de tiempo pero con reminiscencias a grandes bandas, merece su puesto en esta lista.
35. Aries.- La Magia Bruta. Puede ser uno de los discos más bonitos del panorama nacional de 2012. Una original fusión de tradición y novedad que demuestra que una canción indie puede llevar castañuelas sin que la combinación suene extraña.
34. Not On Tour.- All The Time. Pura energía pop punk de la mano de una voz femenina enérgica a más no poder. Diversión y sentido del humor para un disco que no busca hacer historia pero sí entretener y animar a todo aquel que decida escucharlo.
33. Merchandise.- Children Of Desire. Lo mejor de los 80 vuelve en forma de un álbum que coge influencias del noise rock y de la new wave a partes iguales. Un anacronismo que merece la pena ser estudiado una y otra vez.
32. Image Makers. Una de las bandas más solventes a la hora de adoptar distintos registros en un solo disco sin que suene forzado. Desconcertante y sorprendente, un debut más que prometedor que sabe conjugar lo mejor del punk, del garage y del indie emo.
31. Zephyr Lake.- Pure Vow. Todo un homenaje a los 90 en un disco que coge lo más destacable de esa época y le da un aire nuevo. Un disco tardío pero que demuestra una cultura musical espectacular y a la vez una capacidad técnica y creativa de la banda más que considerable.