Puede ser que estemos ante el primer disco de 2.013. Oficialmente su lanzamiento es el 8 de Enero, pero lleva desde los últimos días de 2.012 en el Bandcamp del grupo donde está disponible para escuchar gratuitamente, y para descargarse al módico precio de 5 dólares. En todo caso, ha sido el disco con el que he estrenado el nuevo año y por lo tanto la primera reseña que vais a ver por aquí.
Para poner un poco en antecedentes, Comadre es una de esas bandas intachables. Siempre fieles a la filosofía Do It Yourself y a su visión musical, este es su tercer álbum de larga duración (teóricamente larga, ya que tanto sus canciones como sus discos suelen ser bastante cortos). Ya habíamos oído hablar de este nuevo disco a través de ese adelanto que fue Cold Rain, que logró engancharnos y desear con bastante fuerza el momento de escuchar el material completo.
¿Qué nos ofrece este nuevo disco? Hardcore punk gritón muy centrado en la melodía y en esta ocasión aún más, con canciones que jugan con el contraste entre la voz rota de Juan Gabe y un tono instrumental mucho más ligero, siguiendo de alguna manera la apuesta de los últimos discos de Fucked Up pero más purista en cuanto a sus raíces y algo menos accesible.
Sin embargo, no todas las canciones tienen el mismo tono, y se nota que la banda a pesar de seguir una trayectoria lo suficientemente continuista para no hablar de una ruptura en su sonido, ha intentado investigar otras vertientes y ver hasta dónde pueden llegar sin dejar de ser Comadre de una manera reconocible. Tenemos canciones que enlazan directamente con el tipo de música de A Wolf Ticket, como la que abre el disco, Color Blind o King Worm, cuyo título es una referencia a dos cortes de dicho álbum; otras con guitarras más marcadas como la ya mencionada Cold Rain, o Hack, con punteos que consiguen que sean más movidas y con un estilo cercano al hardcore más rockero, más en la línea de Burn Your Bones; y por último las más novedosas con ese contraste al que no nos tenían demasiado acostumbrados, como pueden ser Summercide o Must Be Nice.
La verdad es que esperaba más caña de este disco y se han quedado un poco cortos en canciones enérgicas, pero aún así puedo decir que me ha sorprendido y que han sabido dar un giro a su sonido sin sonar forzado y sin dejar de lado su identidad musical, les ha salido bien la jugada porque este álbum sin título es un disco de hardcore que merece la pena y se me ocurren pocas maneras mejores de inaugurar el nuevo año, a la espera de que podamos disfrutar de su presencia y de su arrollador directo por Europa.