Como ya dijimos, una vez acabado 2012 esta sección sufriría una leve transformación, dedicándose a seguir la actualidad musical más vanguardista. De esta manera, se irán sucediendo reseñas más breves de lo usual de los discos que tengan más opciones a sonar alto dentro de la escena, digamos, alternativa. Aunque el año siempre empieza perezoso, algunas bandas sacan la valentía necesaria para ser los primeros en sacar material, y en este caso han llegado temprano dos lanzamientos que suscitan bastante interés: el tercer disco de Toro y Moi y el nuevo álbum dentro de la dilatada carrera de Yo La Tengo.
Toro y Moi.- Anything In Return
Supongo que en todo este tiempo ha quedado más o menos claro que por estos lares son bastante apreciados los discos que aúnan influencias, que saben coger elementos de aquí y allá para crear algo nuevo, para sonar distintos en cada corte y conseguir sorprender y estar a la cabeza de la música más innovativa. Es en este sentido en el que Toro y Moi se llevan la palma, con un álbum que, como acostumbran, es un cóctel de estilos, ambientaciones, géneros y épocas. Se les puede acusar de samplear sin ningún tipo de pudor, y de intentar sonar a unos u otros grupos según el tema, pero no se puede negar su originalidad y su capacidad como músicos todoterreno. Lo único que convence menos es que se les ve demasiado el plumero a la hora de intentar sonar pretendidamente molones y en ocasiones, picantes, cuando realmente no acaba de cuajar con la imagen de la banda, ni con su estilo (no sólo por las pintas de nerd que gastan). Son esas concesiones a la comercialidad (¿autotune?¿en serio?), ese intento de acercarse al gran público de manera descarada lo que emborrona un álbum que ya de por sí puede convencer a partes iguales a los asidudos al lo-fi (aunque menos que en sus anteriores trabajos), a la electrónica y el chillwave, e incluso al R&B.
Yo La Tengo.- Fade
Es difícil decir algo nuevo sobre Yo La Tengo pero es normal que causen tanta expectación con cada disco que sacan porque tienen muchas tablas y cualquiera de sus trabajos es sinónimo de pasar un rato agradable y de escuchar buena música. Es cierto que Fade no pretende inventar nada, que gran parte de sus canciones son intranscendentes y pretendidamente ligeras, pero la experiencia de escucharlo de principio a fin es placentera y no siempre se puede decir eso de un álbum. Además, es cierto que hay cortes que brillan, tanto el de cierre como el de apertura, Ohm y Before We Run, o I’ll Be Around. Esta banda sabe cuando hay que complicarse y cuando es mejor tirar a algo sencillo y en cierto modo, autocomplaciente. Son capaces después de tantos años de sacar un disco que no decepcione y me niego a decir que eso es un defecto. Tal vez no impresionen en todos y cada uno de los diez cortes de su nuevo álbum pero no desmerecen en ninguno y dejan más de una perla para el recuerdo. Indie rock ligero del que ya no se hace para un grupo incansable que ojalá siga dándonos discos, predecibles sí, pero tan disfrutables como este Fade.