Yeah Yeah Yeahs.- Mosquito

El primer fin de semana del Coachella  ha dejado grandes momentos, y aunque los vídeos con buena calidad van apareciendo poco a poco dado que ver algunos conciertos en streaming era una auténtica misión imposible, se va perfilando que Yeah Yeah Yeahs han vuelto con mucha fuerza y con ganas de hacer ruido.

La banda de Karen O, después del exitazo que supuso It’ Blitz! en 2009, y con bastante expectación, presenta Mosquito, su nuevo álbum de estudio. Tras una actuación enérgica y arrolladora en el show de David Letterman, sólo les quedaba probar que tal se manejaba su último trabajo en un evento a gran escala como es el festival de California. Sin embargo, no todo son luces, y este disco tiene algunas sombras que llevan acechando a la banda desde sus inicios.

Yeah Yeah Yeahs MosquitoYeah Yeah Yeahs son más un grupo de canciones que de discos, y ellos no se han dado cuenta. Esto significa que a pesar de componer temas muy efectivos y de calidad, estiran en exceso la duración de sus trabajos, aunque el número de temas no sea llamativo (entre los 10 y 15, lo usual). Toda la fuerza que pueden tener en sus temas estrella se diluye en álbumes que se hacen demasiado largos y con un considerable número de canciones meramente correctas, y en ocasiones mediocres y poco inspiradas. La diferencia de intensidad y emoción entre unos títulos y otros es patente y difícil de obviar, dejando una sensación rara al enfrentarse a uno de sus discos en conjunto. Es fácil recordar Maps, Cheated Hearts o Heads Will Roll, pero gran parte del resto quedan relegadas al olvido desde el primer momento, y por desgracia con un porcentaje en ocasiones poco alentador.

Dicho esto es mucho más fácil centrarse en lo positivo, y es que sin duda el avant pop de Yeah Yeah Yeahs se echaba de menos, con un sonido bastante único, como si se trataran de Blondie después de haber tomado mucha cafeína. Accesibles pero alternativos, fáciles de escuchar pero a la vez alejados de convencionalismos, una banda siempre entre dos tierras pero con un fortísimo sello personal. Con todo y con eso, se ve que su gran fortaleza son las canciones con garra, dado que en los temas más relajados fallan algo más, y sus canciones menos interesantes siempre se enmarcan dentro de las más tranquilas. It’s Blitz! era una clara muestra de esto, y Mosquito no se queda atrás, con partes diversas que no acaban de casar entre ellas,  con unos altibajos pronunciadísimos, que pueden hacer que el interés decaiga y que se pierda lo más destacable.

Con todo lo dicho, cabe decir que el fallo principal del álbum es bastante común, de una factura bastante clásica, ya que Mosquito pone prácticamente toda la carne en el asador en su primera mitad, causando una buena primera impresión tanto con el single, Sacrilege (un corte con un build-up creciente espectacular y un final con coros más que remarcable), como con la canción que pone nombre al disco, la más pegadiza, frívola y animada. No se quedan atrás en esta parte inicial Under The Earth y Slave, más tranquilas pero aún así interesantes, y la potente Area 52. Por elcontrario, sus intentos de acercarse a un dream pop similar a Beach House se quedan a medio camino y nos dejan decepciones como Subway y las tres canciones finales: Always, Despair y Wedding Song; en las cuales la banda no acaba de moverse con comodidad. Tampoco mejora la cosa en ese experimento que es Buried Alive, colaboración con el rapero Dr. Octagon, que no pega con el estilo de Yeah Yeah Yeahs en absoluto y no convence, quedando como una mera anécdota.

Sentimientos encontrados para un álbum con dos caras, una enérgica, vivaz y refulgente; y otra irregular, poco sentida y gris. Con suficientes luces para dejar con ganas de más y desear que el próximo álbum sea más completo y demuestre más crecimiento; pero esto lleva consigo una buena dosis de decepción, y de que a pesar del tiempo, Yeah Yeah Yeahs no acaban de encontrar la fórmula de su propio sonido, sin tener claro qué es lo que realmente se les da bien. Una oportunidad perdida, y aún no se puede hablar de un disco definitivo de la banda, pero al menos dejan un buen ramillete de canciones interesantes, lo cual, no hay que engañarse, ya es bastante.

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