A finales de Agosto del año pasado aparecía por esta página un 7″ tan oscuro como original, el debut de Wind Atlas, de los que ya habíamos hablado por sus temas de adelanto. Ahora por fin puede escucharse su primer álbum de larga duración, The Not Found, nueve temas que confirman su sonido con raíces en la tradición (se permiten hasta ciertos toques medievales bastante evocadores) pero también actual e innovador.
De aquel 7″ la única canción que repite presencia es Inmost Eye, casualmente la que en su momento llamó más la atención por su estilo envolvente y ambiental, pero a la vez sorprendente y novedoso, además de ser uno de los cortes en que entraba el cello de Marina Sánchez más en juego; que en The Not Found repite también en Hunters y Oblation. Iván y Raúl se unen a Sergi y Andrea en este disco para tocar la guitarra y percusión, respectivamente; ampliando la banda a cuatro componentes fijos, más las colaboraciones.
The Not Found nos muestra un pop oscuro que bebe de fuentes bien arraigadas en la mentalidad colectiva, folk en el sentido más etimológico, capaz de crear atmósferas densas y sombrías, pero a la vez delicadas. Música capaz de resonar en las ruinas de un castillo, como en los ordenadores de aquellos que lo escuchen a través de Bandcamp. Una fusión de costumbre y vanguardia pocas veces vista y bastante única en su especie. Es realmente difícil compararlo con otros grupos, pero la referencia más inmediata podría ser la música tenebrosa y etérea de Dead Can Dance.
El álbum comienza con la canción de su título, una introducción a base de percusión y guitarra, con una cadencia marcada que capta la atención, para dar paso a Hoax, mucho más melancólica y liviana, que ya sienta las bases del sonido refinado y sutil de Wind Atlas. La voz de Andrea se muestra omnipresente pero esquiva, como un fantasma que se dedica a vagar por el álbum, tan bonita como volátil. Esta misma estructura de canción aunque con un sonido de guitarra más tradicional se repite en Epilogue. La cadencia que se adelantaba en el primer corte repite en Hunters acompañada del cello, y varía con un ritmo más complicado en Oblation, que va ganando fuerza a medida que avanza, convirtiéndose en algo majestuoso y oscuro en su mitad, para poco a poco ir desvaneciéndose hacia el final. Two-tailed Creature es un corto interludio formado por unas tenebrosas campanas y voces susurradas, que dan paso a Hidden Valleys, donde más protagonismo adquiere la voz, con el mínimo acompañamiento, y aún así logrando ser evocadora y misteriosa. El álbum cierra con los aires clásicos de Inmost Eye y la fuerza de sus coros finales; y con Sulamith, toda una pieza de once minutos, tan enigmática como interesante y que pone de manifiesto como ninguna la capacidad de la banda para crear atmósferas tan oscuras como sugerentes.
Una propuesta inaudita, atípica y distinta a prácticamente todo lo que hayáis poder oído en este año (y en unos cuantos). The Not Found es todo un ejercicio de estilo y una prueba de fuego a la versatilidad de unos músicos con una imaginación desbordante. Por su carácter distante y lejano puede hacerse un disco difícil, pero merece la pena hacer el inicial esfuerzo de darle una oportunidad, porque encierra melodías capaces de hechizar a quien lo escuche. Podéis escucharlo (y adquirirlo) en su Bandcamp, aquí.