Tarde, mal y de manera poco convincente, pero ya ha llegado el verano. Y a pesar de las noticias sobre lo frío que va a ser, no deja de ser una época destacada del año en la que ciertos tipos de música apetecen más que nunca. Ya en 2012 en una entrada hablábamos de que en cuanto sale el sol hay ganas de escuchar punk pop fácil, divertido y refrescante; pero no sólo eso, también el lo-fi que nos haga pensar en la playa y las olas, o incluso ese pop animado que evoca bikinis de cocos y camisas de flores.
Con esa intención en mente se agrupan estos tres grupos: Mixtapes repiten por segundo año consecutivo en una entrada de carácter veraniego, y se unen Surfer Blood y Ceremoney a esta particular tradición del blog. Dos bandas extranjeras y una nacional para traer un poco de calor a Frog The World.
Mixtapes.- Ordinary Silence
Ser aficionado al sonido de Mixtapes sin duda tiene su recompensa. Los de Ohio son bastante prolíficos y todos los años sorprenden con una buena cuota de canciones, ya sea en forma de EPs, Splits o cualquier otro tipo de formato. En esta ocasión se sacan de la manga este Ordinary Silence, un disco de larga duración, prácticamente un año después de Even On The Worse Nights, que ya se encargó de animar parte del verano en 2012.
La trayectoria de la banda de Cincinnati es sólida y continuista como pocos, y quien les conozca sabe qué esperar de este disco. Ligeramente más sobrio que el anterior en una prueba de madurez que aún no determina cuál puede ser el siguiente paso en su camino; pero igualmente fácil de escuchar y pegadizo, basado en ritmos simples pero efectivos y en la fabulosa combinación de las voces de Maura y Ryan. Un disco de punk pop actual, con algunos matices de indie, cercano a bandas como Lemuria, que también andan últimamente con un álbum nuevo bajo el brazo. Es curioso que con trabajos como éste Mixtapes no acaben de explotar y llegar a un público tan amplio, y tal vez su ingente cantidad de material es un arma de doble filo, y el hecho de que cada LP contenga tantos cortes, como los 14 de Ordinary Silence, de los que se hace difícil destacar unos cuantos por la consistencia del sonido de la banda. Aún así, Bad Parts es un comienzo sólido como pocos, C.C.S. recuerda a sus inicios y es muy agradecida, Elevator Days y Cheapness es prácticamente seguro que vayan creciendo más y más con cada escucha, y el final acaba por todo lo alto con la combinación de Swirling y Be The Speak That You Change About. Un grupo con las ideas claras y con un talento realmente prolífico, y a la espera de cómo desarrollan esta incipiente madurez que demuestran en este nuevo material, queda la alegría de poder contar todos los años con canciones divertidas y refrescantes de Mixtapes.
Surfer Blood.- Pythons
Astro Coast fue una considerable sorpresa en 2010, el debut de Surfer Blood, una mezcla de indie rock y lo-fi, emparentados con esa tendencia a la que se ha acabado llamando punk tropical. Aderezado con algo de psicodelia y ecos noventeros sorprendió a propios y extraños, y les hermanó con grupos tan dispares como Wavves, Beach Fossils o The Drums, compartiendo escenario con estos últimos.
Pythons ha perdido la garra que tenía Astro Coast y es un disco mucho más relajado y que se ubica más cerca de la zona de confort de la banda. Su debut tenía un carácter más incisivo y directo que se pierde en el mar en calma que es Pythons. Ni siquiera las reminiscencias a The Pixies, y sobre todo, a Weezer (la voz recuerda a la de Rivers Cuomo y canciones como I Was Wrong son la prueba fehaciente) salvan esta sensación de acomodo, de que no han sabido compatibilizar hacer un álbum sencillo y atractivo al oyente, pero a la vez con ese punto agresivo capaz de desequilibrar la mezcla. En consecuencia, queda un trabajo más luminoso, notorio en canciones como en Gravity, Squeezing Blood o Needles And Pins; capaz de dar grandes momentos como el inicio con Demon Dance, o cortes como Weird Shapes o el final con Prom Song, pero también de temas vacíos como Blair Witch o Slow Six. Puede que condicionado por la complicada vida salpicada de escándalos y roces con las autoridades de John Paul Pitts, la mente detrás de este proyecto; Pythons es irregular y algo más difícil de querer que el punto de partida de su carrera. Podría haber dado mucho más de sí pero se queda a medio camino, evidenciando de nuevo el bache que puede llegar a ser el segundo disco.
Ceremoney.- Psycho Tropic
La música mallorquina siempre ha traído ecos cálidos a esta página, primero de forma algo más velada con Beach Beach, y ahora de manera definitiva, sin ningún tipo de tapujos con Ceremoney. Ubicados en una tendencia de parte de la música nacional que recoge y premia este tipo de sonidos (también se habló por aquí de Piñata, con los que comparten actitud aunque no género), el debut de esta banda es todo lo que esperar de un disco que desde la portada tiene la palabra Tropic.
Sin embargo, no hay que quedarse en la anécdota de los tintes veraniegos de Ceremoney, y debajo de esta capa de diversión desenfadada tenemos en Psycho Tropic ocho cortes de indie pop con toques electrónicos muy trabajados, aparentemente sencillos y facilones pero variados, entretenidos y con un punto ecléctico, ya que trabajan con sonidos similares pero cada uno de ellos tiene su personalidad propia. Es un álbum para escuchar con calma, poniendo atención en los detalles. El comienzo con Baptism sienta las bases y es una introducción más que meritoria a este trabajo, atractiva y una invitación a seguir adelante. Esta línea continúa en Trending Tropic y Coco Star (de las más pegadizas y disfrutables a primera vista), pero se rompe con una canción más complicada y enrevesada, No Oxygen. Esta ruptura se produce igualmente en la segunda mitad del disco, después de la luminosa It Girl y las directas y cañeras Before y My Maya My, el cierre con Leave It Away es algo más oscuro y con gotas de post punk. De esta manera, sabe combinar lo festivo y entretenido, con toques ambivalentes de gris, que dejan intuir que hay que rascar porque bajo la superficie hay mucho más, que no todo es tan bonito como lo pintan. Un debut en formato largo muy interesante por parte de Ceremoney, perfecto para estos días de calor, pero también para momentos menos soleados.