Unicornibot.- Mambotron

Dejaron una fuerte impresión en el Primavera Sound de 2012 con sus gorros-máscaras improvisados de papel de plata, y por su mezcla de math rock potente y post-rock desatado. Su buen humor y los títulos humorísticos de sus canciones y álbumes son parte de su encanto, y la calificación de «mambo noise» que recibieron, aunque no pueda estar más alejada de la realidad, es imposible que no arranque una sonrisa. Una carta de presentación que aunque poco, o nada, tiene que ver con la seriedad de su música, se agradece y que se ha convertido en seña de la casa.

Nada de esto cambia, Mambotron es un disco continuista de manual, pero no son «once canciones más». No es una suma, sino un crecimiento exponencial de una banda que cada vez se atreve a más y consigue un sonido fiel a su planteamiento originario, pero más trabajado, complejo y completo.

Unicornibot MambotronLos gallegos Unicornibot vuelven a indagar en la fórmula que ya explotaron en Dalle! y que tan buenos resultados les dio: once canciones calculadas y medidas para desatar el caos.

A través de sus cortes tenemos influencias de todo tipo, desde tonos más metaleros (como en el inicio con Pupitas), ritmos enrevesados puros de math rock en Sabarís Club, o post rock más clásico en el principio de Paracertelamol o la final Premonición. Sin embargo esto sólo puede afirmarse a grandes rasgos ya que todas y cada una de las canciones varían, mutan y cambian de ritmo: de una extremada luminosidad a una bajada a los rincones más oscuras y laberínticos de la música instrumental. Ese es el caos orquestado de Unicornibot, la características que les hace únicos y que hace que todos sus trabajos sean una gigantesca caja de sorpresas donde todo cabe, y a la vez donde todo está en su sitio. Esta sensación desasosegante de no saber qué esperar de un tema por sus primeros acordes es uno de los grandes valores de Mambotron, donde el que escucha no sabe qué va a suceder en cada momento, y no tiene otro remedio que dejarse llevar por los compases extraños y atípicos de cada corte.

Puede resultar un disco complicado, incluso incómodo para aquellos no acostumbrados a los laboriosos ritmos del math rock, y hay canciones realmente oscuras y opacas, como puede ser Titichin’ Totochin’, que definitivamente no es para todos los públicos, pero el tono general de Mambotron es animado y vivaz. Los momentos divertidos y enérgicos compensan la densidad de la que hacen gala a veces, en una combinación que logra sonar entretenida a pesar de sus extremos enrevesados. Así, en este disco también caben cortes más ligeros, menos densos e incluso alegres, como en Liceo Mutante, de las más luminosas y fáciles de escuchar. Hay que alabar como un álbum tan fiel a su género puede a la vez ser tan variado y cambiante, cohesionado y a la vez camaleónico.

En definitiva, un hito más en la carrera de Unicornibot, que se han perfilado como uno de esos grupos únicos, que tienen la suficiente calidad para respaldar sus excentricidades y no quedarse sólo en la gracia. No fallan a la hora de aportar un contenido completamente personal y propio, coherente con su visión musical y que desarrolla un proyecto que ya era interesante en sus primeras etapas. Dicho esto, y para dejar constancia, no sólo de sus buenos temas, sino también del buen rollo y cercanía que destilan, el vídeo de Liceo Mutante.

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