Un corazón duro y ennegrecido, olor a papel viejo y un envoltorio que se va deshaciendo hasta formar una suerte de tabla ouija tan evocadora como perturbadora. Esto es lo primero que sucede al tener el nuevo disco de One For Apocalypse en las manos, literalmente. Con un packaging así ya puede intuirse que lo que viene va a revolvernos por dentro y llevarnos a rincones oscuros.
De esta manera se presenta el nuevo disco de una de las bandas por las que se puede afirmar que el post-rock está más en forma que nunca en España. Llevaban un considerable tiempo sin sacar nuevo material (4 años, desde 2009 con Vamos Donde Muere El Sol, título con el que abren el último disco) y centrados en otros proyectos, tan interesantes como La Fábrica De Sueños; pero que no conseguían que One For Apocalypse cayera en el olvido.El viaje se inicia, como se indicaba antes, con Vamos Donde Muere El Sol, recordatorio de su anterior álbum, que establece el enlace entre ambos. Un comienzo tibio y ligero, pero que poco a poco va cogiendo cadencia y ganando cuerpo, adquiriendo unos ciertos tintes de post-metal. Sirve como introducción a la primera mitad del disco y adelanta el juego de ritmos característico de la banda, desde momentos claros y post-rock brillante, de manual; a momentos más densos y oscuros. Esto se confirma con la tenebrosa Resurge El Vértigo Desmedido, todo un ejercicio de claroscuro. Una progresión que va cambiando de tonalidad a medida que avanza, mientras, como si fuera una bola de nieve, se hace más grande y fuerte. La Anatomía Del Odio hace honor a su nombre, potente y ominosa desde el principio, a pesar de que posteriormente caiga, para resurgir justo antes del final y finalizar la primera mitad del disco.
La introducción a la segunda parte de El Alma Negra también funciona como un interludio, haciendo de puente entre ambas mitades. Pura contención, melancólica y sensible, Despertar Llorando relaja los ánimos antes de la intrincada El Monstruo Encantador. Unas pizcas de math rock la convierten en una canción llena de recovecos, complicada y desconcertante; que contrasta con su final enérgico y potente, más simple y contundente, alejado de su inicial dificultad.
La encarga de cerrar el último trabajo de One For Apocalypse es El Alfiler Que Desangró Al Gigante, una construcción de casi diez minutos que comienza pesada y densa, con un sentimiento agobiante de fondo y que a través de un punteo ligero, comienza una transición que no acaba de culminar. La canción alterna su ritmo, sube y baja, cambiando de estado de ánimo. Críptica y misteriosa, es el broche perfecto para un álbum muy completo y que transmite a la perfección la esencia de la banda, y de su post-rock camaleónico.
El Alma Oscura es un enigma que hay que desentrañar canción a canción, y como si fuera la tabla ouija que representa su versión física, las comunicaciones que llegan de él no son evidentes, sino sesgadas, aparentemente contradicotrias y a la vez, llenas de sentido. Post-rock con algún tinte de post-metal y math rock enigmático, y tan evocador como indescifrable. Para finalizar, y para resaltar como gira el disco alrededor de una idea, la cita que aparece tanto en el vinilo como en su Bandcamp y que sirve de leitmotiv de este trabajo:
«La vida es un mar de lágrimas, de decepción, de desilusión… Los buenos momentos son simples espejismos que se ven rotos una y otra vez dando paso a la desgracia. El ser humano nunca ayuda al ser humano, solo compite con él; solo quiere dominarlo y herirlo; solo lo envidia y lo maldice…
Todos llevamos en lo mas profundo de nuestro ser un monstruo; con el paso del tiempo ha eclipsado nuestro interior y nos ha dejado el alma negra.»