La marcha de un miembro en una banda siempre es algo traumático, y no todas se recuperan de algo así. Daniel Blumberg abandonó Yuck para perseguir su proyecto personal titulado Hebronix, pero el resto de miembros decidieron no darse por vencidos y continuar después del éxito que supuso su debut. Esto ya suscitó dudas, sobre la importancia de la parte amputada de la banda, si simplemente la voz iba a ser distinta y la nueva estaría a la altura; o si afectaría por completo al característico sonido de Yuck.
Los cambios en el sonido del grupo tras la marcha de su vocalista han sido profundos, pero si a algo no afectan es a la reverencia de la formación por la década de los 90. En el primer álbum se hablaba de Pavement, Superchunk, Sebadoh o Dinosaur Jr (estos últimos en menor medida) y ahora la inspiración viene de parte de Teenage Fanclub, Echo & The Bunnymen, The Pastels, una pizca de The Posies y unas ligeras gotas de My Bloody Valentine. No pierden el toque shoegaze, pero pasan del indie emo a sonidos más pop.
Glow & Behold sabe hacerse valer en sus primeros cortes, y demostrar que a pesar de los cambios en su formación, el talento estaba repartido entre todos los miembros, que no eran una banda que orbitaba alrededor de una estrella. Y lo consiguen, pero a medias. Su nueva fórmula funciona más que bien en algunas canciones, especialmente en la primera mitad de este álbum; pero a medida que va avanzando el disco pierde fuerza, se vuelve más blanda y predecible. La inspiración del grupo va desapareciendo y deja bastantes temas insípidos, y en última instancia mediocres.
Tampoco se puede decir que el debut de Yuck fuera un disco redondo, perfecto; pero a pesar de sus raíces en el pasado, tenía una frescura y originalidad que lo empapaba, y de la que carece Glow & Behold. Si bien, como se ha dicho, desde la preciosista introducción instrumental de Sunrise In Maple Shade hasta Middle Sea y Rebirth la cosa avanza con sentimiento y buen hacer, con buenos temas como Out Of Time (esos acordes de My Bloody Valentine saben a gloria), la tonadilla Lose My Breath o la melancólica Memorial Fields; todas destacables y agradables al oído desde la primera escucha. Es a partir de Somewhere donde el disco se agota y comienza una sucesión de temas inanes, que deslucen el conjunto y dan una sensación de que Manuel Schupak, Max Bloom y compañía no dan para más. Nothing New, How Does It Feel, Twilight In Maple Shade (Chinese Cymbals) y el final con la que da título al disco, no aportan nada nuevo, y es una sucesión de cortes que se hace pesada y que al rato deviene aburrida.
Personalmente, y aunque este álbum haya sido en parte una decepción, las primeras canciones muestran unos nuevos Yuck con posibilidades, y con creatividad, con buenas ideas que en este primer intento no han acabado de fermentar. Es posible que en el próximo álbum, retomen su nuevo estilo, acaben de definirlo y perfeccionen esa fórmula, para crear algo que sorprenda como lo hicieron con su formación primigenia. Hay calidad de sobra para que esto suceda, y por el precio de una tendremos dos bandas muy interesantes (incluyo a Hebronix, con Daniel Blumberg al frente). Por ello, Glow & Behold nos deja un sabor algo amargo, pero no lo suficiente para no dejar con ganas de dar a Yuck otra oportunidad, a ser posible, dentro de un corto periodo de tiempo.