Delorean.- Apar

El alcance mediático que han alcanzado Delorean este año ha sido considerable, aunque lamentablemente no ha sido sólo por su nuevo trabajo. Las terribles noticias sobre su secuestro virtual dieron la vuelta al mundo y les colocaron en primera plana durante unas cuantas semanas. Tal disgusto y unos hechos tan morbosos no deberían ensombrecer el lanzamiento de Apar.

Es claro que en la trayectoria de la banda de Zarautz hay un hito en el camino que separa su primera etapa de la que se encuentran actualmente inmersos; y ése momento es Ayrton Senna. Dicho EP fue un gran éxito de crítica y público y marcó las claves de su sonido actual y de su anterior trabajo, Subiza, algo diferenciado de sus primeros trabajos con BCore, pero sin duda deudor de estos; y que les hizo ganarse el favor incluso de Pitchfork, siendo nombrados en su día Best New Music.

Delorean AparEsta estela es la que sigue Apar, que indaga en los caminos seguidos desde 2009, momento del ya mencionado giro (que no ruptura) en su estilo. Siendo a fecha de hoy una de las bandas nacionales con más proyección en el extranjero, no es de extrañar que cupieran todo tipo de especulaciones sobre si su último álbum gozaría del mismo éxito que sus dos últimos lanzamientos.

El inicio del álbum no da pie a otros pensamientos, ya que empieza francamente fuerte, con dos canciones sólidas y con vocación de hit como son Spirit, y sobre todo, Destitute Time. Muestran, dentro de la línea continuista con Subiza que sigue Apar, como introducen algunas importantes novedades, como una mayor presencia de las guitarras, que se equiparan en importancia a teclados y sintetizadores, consiguiendo una sensación menos artificial y algo más orgánica. A esto hay que unir el refuerzo de las voces, con un constante juego entre la voz masculina de Ekhi Lopetegui y las de las invitadas, Caroline Polachek de Chairlift, Cameron Mesirow de Glasser y Erika Forster de Au Revoir Simone. No pierden ese toque algo frío y distante que les caracterizaba, pero su sonido se humaniza algo más, gana en intensidad y emoción, sin dejar de ser auténtico y reconocible.

Estas notas definitorias se mantienes a través de la primera mitad del disco, combinando los tonos sintéticos y calmados con tonos más cercanos al indie rock de sus primeros trabajos, con buenos cortes como la soñadora Unhold o la bailable You Know It’s Right; mezclando dos mundos que pueden ser atractivos tanto para los fans de la música electrónica divertida pero tranquila, como para seguidores del indie coreable y entretenido. La segunda mitad es algo menos llamativa, y aunque con todo y con eso sigue aportando temas como Walk High o Your Face, sí que es verdad que pierde algo de intensidad y se hace algo más genérica y convencional. Esto no significa que no sea efectiva la nueva fórmula del sonido de Delorean, si no que en Apar depende mucho de sus canciones brillantes, existiendo un desnivel entre éstas y las más normalitas.

Los de Zarautz, sin ningún atisbo de duda, continúan en el buen camino. En Apar existen guiños a los que les gustaban más sus inicios, pero sigue la trayectoria del estilo que les puso en el mapa. Hay para todos los gustos en su nuevo lanzamiento y suficientes buenas canciones para contarlo entre sus álbumes más destacados, aunque no acabe de ser, por desgracia, un disco redondo; pero se acerca lo suficiente para reavivar las llamas del interés y de la excitación por ver con qué se atreven Delorean en la próxima ocasión.

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