Desde la gran revelación de Laura Jane Grace (el artista anteriormente conocido como Tom, o Tommy, Gabel) en 2012, se esperaban grandes cambios para Against Me!, y no necesariamente para bien. El futuro de la banda, a pesar de tener anunciado un nuevo álbum, era algo incierto y los cambios hormonales que iba a sufrir su cantante tras su cambio de sexo podían significar que su voz no sería la misma, y que uno de los elementos más icónicos de la formación de Gainesville se podía ver seriamente afectado.
Prácticamente dos años de grabación (desde febrero de 2012 hasta enero de 2014), además de cambios en el propio grupo, del que sólo quedan dos miembros originales; y tras una (algo innecesaria) colaboración de Fat Mike, tocando el bajo, para el nuevo álbum, por fin llega a nuestras manos y oídos Transgender Dysphoria Blues.
En un clima considerablemente revuelto para Against Me!, y con sus seguidores sin saber que esperar, especialmente después del jarro de agua fría que supuso White Crosses, y el excesivo circo y sensacionalismo alrededor de la figura de Laura Jane Grace y de la banda, era difícil decidir entre estar ilusionado o aterrado ante lo que podía encontrarse en este nuevo álbum.
Dicho esto, lo primero que hay que aclarar sobre Transgender Dysphoria Blues es que todo ha ido mejor de lo esperado. Los temas del disco, obviamente, se basan considerablemente en las experiencias de su cabeza visible, y dejan en esta ocasión algo de lado el activismo político puro y duro, para centrarse en la causa LGBT con la sensibilidad ácida e irónica que les caracteriza. La mordiente punk de la banda que ya se vio considerablemente dañada en New Wave se ha perdido de manera prácticamente definitiva, al igual que los toques folk, de los que sólo queda un resquicio en canciones acústicas comola versión del EP True Trans de Fuckmylife666, que con su título demuestra que ahí sigue su peculiar sentido del humor.
A grandes rasgos el nuevo disco de Against Me! es un álbum bastante competente, tan cercano al rock como sus últimos trabajos y dejando entrever aún trazas de todo aquello que los hizo grandes. En la otra cara de la moneda, es un lanzamiento sensacionalista, que desarrolla una historia de sobra conocida y se nutre algo del morbo de la vida privada de Laura Jane Grace Este aspecto ya de entrada chirria, sobre todo si tenemos en cuenta la letra de Unprotected Sex With Multiple Partners o la actitud del grupo durante su dilatada carrera. Éste es el mayor problema, tanto musicalmente como a nivel ideológico comienzan a verse fisuras y contradicciones, una de las razones porque la formación últimamente sea cambiante y cada vez más centrada en un solo talento, y no en la conjunción de unos cuantos buenos músicos.
Sin embargo, y dicho todo esto, es el momento de enfrentar la realidad, gritar a pleno pulmón que Against Me! ya no son lo que eran, pero que aún así son capaces de hacer un disco digno de escuchar y dejar unas cuantas buenas canciones. Así, aparte del a mencionada Fuckmylife666 en versión eléctrica, son destacables True Trans Soul Rebel, Drinking With The Jocks, la potente Obama Bin Laden As The Cruciffied Christ o la emotiva Dead Friend. Por el contrario, fallan estrepitosamente en su intento la facilona Unconditional Love, la obligatoria pero prescindible balada Two Coffins o el soso final con Black Me Out. Un balance regular, pero no realmente negativo, por lo que como se dijo desde el principio, mejor de lo esperable.
En definitiva, una media-alegría y una media-decepción, un trabajo tibio y muy lejos de estar entre lo más destacable de su carrera. Los de Gainesville (aunque cada vez menos), con Laura Jane Grace a la cabeza, han emprendido un viaje sin retorno, con entrevistas en la Rolling Stone y con exclusivas y promoción a lo grande, pero sin sabor a los tacos freeganos de Warren Oakes (como una forzada metáfora de lo auténtico y comprometido). Aún así, un álbum más de Against Me!, que aún cuenta con parte de su gracia y carisma, y algo mejor que White Crosses, lo cual siempre es de agradecer. Aunque sepa a poco, es bueno saber que, aunque con el ceño fruncido, es motivo de un suspiro de alivio.