En primer lugar pedimos disculpas por el retraso de esta crítica, porque el álbum que toca reseñar hoy data de septiembre de 2013. Se trata de Neon Fiction, el último trabajo del guitarrista/voz de The Lawrence Arms, Chris McCaughan, grupo muy apreciado por esta página.
Como todas las publicaciones de esta banda, se trata de un álbum que nace desde el sentimiento, donde el cuidado de las letras es probablemente el elemento fundamental. Lo primero que nos encontramos nada más arrancar es que Chris pierde ese punto nostálgico que tenían sus anteriores trabajos al abandonar ese estilo acústico -grabado en el garaje de casa- que los caracterizaba. Para aquellos que han seguido su trayectoria resulta extraño en un primer momento, sin embargo, sus letras se mantienen igual de cuidadas, si bien en este trabajo resultan un tanto más esperanzadoras. Para comprender este cambio resulta imprescindible conocer mínimamente la vida personal del autor: recientemente se ha mudado de Chicago a Portland acompañando a su novia, lo que supone un nuevo halo de esperanza, el comienzo de una nueva vida, que desde luego se ve reflejado en su temática.
El álbum comienza con Cemetery West, uno de los mejores temas de álbum, donde precisamente aborda esta cuestión, el abandono de su Chicago natal por una nueva vida cargada de esperanza en Portland. Se trata del fin de una etapa, donde haces inventario de todo y en la que te terminas quedando con las cosas buenas. Toca superar los errores, sin olvidar lo aprendido y, en definitiva, hacer borrón y cuenta nueva.
Es cierto que en sus anteriores álbumes, muy apreciados por este crítico, la característica fundamental era la tristeza, la nostalgia por un tiempo pasado, la falta de expectativas, pero siempre cabía un rayo de esperanza, la esperanza de un nuevo amanecer que no termina de llegar. La tónica de este álbum es distinta, sigue hablando de sus propios fantasmas, pero en este caso trata de dejarlos atrás, dejando paso a un sentimiento de ilusión por las oportunidades que se le presentan en esta nueva fase. De hecho, el primer single del disco es Life In The Embers, que no deja de ser una clara declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar.
En definitiva, se trata de un álbum inferior musicalmente hablando, el hecho de perder ese punto acústico le hace perder cercanía, pero aun así se trata de un disco igualmente disfrutable, donde el nivel de sus letras sigue estando a la altura. Un disco que, tras alguna escucha, resulta muy positivo, motivante, y que supone una cierta ruptura con la etapa anterior.