Una anécdota del concierto protagonista de esta crónica que bien sirve para iniciar esta entrada es una de las frases que se oyeron entre el público durante el evento: «¡Qué bonito es venir en San Valentín a un concierto de tralla!» decía alguien venido arriba por el post-rock espacial y potente de Exxasens. Y la verdad es que fue un concierto lleno de fuerza y energía, desarrollando la vertiente más contundente de la banda.

A pesar de que la sala no se veía tan llena como prometía el evento de Facebook la asistencia fue considerable, especialmente si lo ponemos en conjunción con la destacada fecha, 14 de Febrero. Un buen síntoma del momento en que se encuentra el post-rock como género en España, y esta banda en particular.

No sólo de caña vive el hombre, y aunque haya que destacarlo, un grupo de post-rock no se puede definir y defender tan sólo por su capacidad de meter ruido. Prueba superada para Exxasens en ambos aspectos, que combinan potencia y técnica, con una propuesta personal y trabajada tanto en el sonido como en lo visual y estético. No sólo eso, si no que también tenían que demostrar cómo sentaba en directo el cambio de formación de la banda, con el sintetizador sutituyendo a las dos guitarras adicionales; especialmente a la hora de adaptar las canciones de los discos anteriores a Satellites, Eleven Miles, Beyond The Universe y Polaris.

Abrían el concierto con Rocket To The Sky, de los temas más destacables de su último trabajo, que sonó fuerte pero también evocador. Su capacidad para crear atmósferas se mantiene en su paso del disco al directo, y gracias a los montajes de vídeo es aún más fácil traer a la mente todas aquellas historias de la carrera espacial y de los viajes hacia lo desconocido. Sí que es verdad, que al ceñirse a un solo tema llega un momento que pueden resultar algo repetitivos, con honrosas excepciones en aquellos momentos en que cuentan una historia completa, como la de Yuri Gagarin en el último segmento, sirviendo de apoyo a Sky In Red, otra de sus canciones más disfrutables.

Se sucedieron canciones de prácticamente la totalidad de sus álbumes, sin resentirse el mencionado cambio de formación: de esta manera encajaron a la perfección Sputnik con Spiders On The Moon, o Your Dreams Are My Dreams con Mass Of Pluto y Eleven Miles, entre otras. Sin embargo, algunos cortes sonaron mucho más electrónicos de lo que podían esperar los fanáticos de su vena más post-rockera, alcanzando en algunos momentos parecido con los iniciales M83.

Sí es cierto que en la voluntad del grupo por «dar cera» y tocar a la máxima potencia no se captaban tan bien los altibajos que acostumbran a tener las canciones de post-rock, perdiéndose los momentos más ambientales o reflexivos, y siendo menos espectacular el paso a los tramos más explosivos. A pesar de estas puntualizaciones, Exxasens tienen una técnica impecable y su estilo, a lo God Is An Astronaut pero más luminoso, difícil de encontrar en nuestro país y con la capacidad de animar fácilmente cualquier evento. En el presente caso, consiguió encender considerablemente al público y encandilarlo hasta el punto de que se estableció una especie de diálogo tan divertido como poco común.

En definitiva, una banda que sabe hacer las cosas bien tanto en el estudio como encima de un escenario, y que además trabajan duro por ofrecer una experiencia audiovisual al público. Un plan de viernes difícilmente mejorable, ya que no todos los días se entra en la Sala Moby Dick y se acaba dando un paseo por las profundidades del espacio.