Dos de los protagonistas de esta entrada han aparecido un buen número de veces por esta página, y siempre han conseguido (con sobrados méritos propios) sacar buenas palabras y aplausos de aprobación. WANN y Ulises Lima tienen su lugar en nuestro corazón de rana, y con directos como el que en breve pasaremos a relatar, va a ser una situación con visos de mantenerse en el tiempo.

Los terceros en discordia, Buena Esperanza, son una de esas injusticias que se comenten cuando uno se ve abrumado. Un grupo destacado de 2013, con Pacífica, un gran disco de debut bajo el brazo, que no llegó a hacer acto de presencia en Frog The World. Y hoy, hablando de su parte de la velada, intentaremos enmendar este error.

La ocasión de juntar a estas tres bandas era para presentar en Madrid Rubicone, el primer disco de larga duración de WANN, un álbum que llegó tardío en 2013, pero que este año está logrando atraer muchas miradas. No sólo eso, si no que como ya hemos dicho, saben rodearse para mostrar su material, acompañados de dos bandas de la capital con experiencia, tablas y buenos trabajos a sus espaldas.

Abrían la velada Ulises Lima, con una cantidad de público nada desdeñable. De la forma más natural y cercana dejaron caer grandes temas de sus LPs y EPs hasta la fecha, así como de su último Split con Shonen Bat. Es realmente reconfortante ver como una banda con un compromiso férreo y constante con su forma de crear, tocar y presentarse es capaz de conectar con una considerable cantidad de público. Así, fueron las más celebradas The River, Kids Are Still Kids, Hope y por supuesto una gran despedida con Waiting For The Summer, una canción que ya forma parte de la banda sonora colectiva de muchos, y que fue coreada a pleno pulmón. Precisión, técnica, garra y sentimiento a partes iguales para la mejor manera de abrir una noche de conciertos.

Los siguientes en el programa eran Buena Esperanza, con su particular mezcla de indie rock y emo, algo más accesible para el gran público, pero que también cuenta con una sólida base técnica y musical. A pesar de su carácter más ligero en directo saben sonar fuertes, brillando especialmente en sus canciones más crudas y potentes. No es de extrañar que Pacífica se convirtiera en un objeto de deseo por grandes publicaciones en 2013, porque tanto su contenido como su resultado en directo no decepcionan y canciones como La Tierra Tiembla, Noche Sin Fin o la que da título al disco ganan después de escuchar su paso por un escenario.

Después de dos shows intensos, agotadores y realmente disfrutables, llegaba el momento de la presentación de Rubicone. WANN tuvieron que lidiar con algunos problemas técnicos en sus primeros dos temas, que no lograron agriar la experiencia general, aunque fue una pena que Happy Birthday no sonara tan bien como en los ensayos. Midwest emo de impecable factura, mezclado con estilos y ritmos más enrevesados, tocado con ganas y emoción. En cuanto empezó a sonar como debería logró aunar a todos los asistentes, que se entregaron al sonido inteso y emotivo de la banda. Un severo repaso a los temas más destacados del disco que presentaban, así como reminiscencias de su primer EP y promesas de futuro con la presencia invitada del bajista de Sons of Woods (y de Naturalesa Salvatge). Un espectáculo completo, tan sentido como entretenido, que sirvió para crear adeptos y confirmar a los que ya mostraron su interés por este dúo.

Poco más se puede decir de este triplete, ya que los tres protagonistas dieron su mejor esfuerzo y dejaron al público entusiasmado y anonadado a partes iguales. Una muestra de técnica, diversidad y creatividad por tres bandas que, por lo usual, no reciben el reconocimiento que merecen. Lo que no se puede dudar es que el emo, como género, en todas sus vertientes, está en un buen momento, y es difícil que deje de estarlo con entusiastas como Ulises Lima, Buena Esperanza y WANN.