Es difícil calcular la cantidad de veces que Touché Amoré van a ser mencionados como uno de los grandes motores del post-hardcore, hardcore, screamo y generos adyacentes. Es ir a lo fácil y una gran obviedad, pero la verdad es que gracias a ellos se ha producido una explosión de talento que antes estaba más oculto, así como un viraje de los focos y las luces brillantes hacia grupos que en otro momento habrían pasado más desapercibidos.
La Dispute no son nuevos en esto, y son conocidos por una trayectoria intachable, férrea y siempre interesante. Se podía contar con un lanzamiento suyo cada dos años (aproximadamente) repleto de hardcore gritón, potente y comprometido. Esta regularidad por supuesto es algo bueno, pero también supone una rutina, y puede acabar convirtiendo a una buena banda en algo que está ahí, que siempre estará. Y de esta manera, progresivamente, cae en el olvido, mientras la atención se va hacia cosas nuevas y más llamativas.
Hasta que llega un disco como su tercer largo, Rooms Of The House. Un trabajo que, a pesar de no distanciarse de sus anteriores lanzamientos, ni posicionarse lejos de su estilo musical habitual, tiene algo distinto y brillante, convirtiéndose en el faro que te hace volver a aquella banda que había sido sustituida por otras con una promoción más hábil o cercanas a tendencias más atrevidas.
Rooms Of The House es fácilmente identificable como un disco de La Dispute, pero toma un viraje más experimental, tanto en lo conceptual como en lo musical. Donde Wildlife se centraba en desarrollar su sonido y a la vez, ponerle límites y encuadrarlo dentro de un núcleo duro y sólido, su nuevo trabajo expande sus horizontes y explora más posibilidades de las inicalmente contempladas. Así, este álbum se acerca tangencialmente al estilo de bandas innovaadoras y revolucionarias como The Dismemberment Plan, Refused o Bear Vs Shark.
Así, la idea en torno a la que gira todo el álbum es las fotos y momentos capturados y expuestos a lo largo de una casa familiar, de una manera semejante a lo que han realizado otras bandas como Defeater o Perfect Future. El sentimentalismo que esto despierta, y la añoranza y melancolía que acomapañan a este concepto están a flor de piel en todos y cada uno de los temas de Rooms Of The House. Esto se deja ver en todos los elementos del disco, desde la portada hasta los títulos de las canciones, y por supuesto, en la propia música. Aires de terror intimista, y una pizca de american gothic que crea unas sensaciones muy particulares, a la par que poco vistas en un lanzamiento de este género. Estos temas y ambientes no influyen sólo en lo que se escucha, si no en cómo se escucha: apuntes de rock progresivo, algo de screamo en momentos puntuales, tintes emo e incluso ritmos provenientes del blues y el sonido americana en algunas canciones.
La Dispute crean un disco único en su especie, terriblemente personal y desconcertante. Un producto completamente de sus autores y de su época. Ya sea a través del recitado, de sus guitarreos o de los momentos más intensos y enérgicos, se deja entrever la personalidad de la banda como un ente, como la mezcla sin fisuras de la creatividad y experiencias de cada uno de sus componentes. Cada canción es un pequeño mundo, una historia, un recuerdo, y todas tienen un punto distinto y disfrutable. En esta reseña, por los motivos indicados, no tenía sentido un análisis de cada uno de los cortes, si no que es más recomendable afrontar Rooms Of The House como un paseo por una casa llena de memorias distantes, y dejarse llevar por su función evocadora. Todo un golpe de autoridad por parte de la banda de Michigan, que con este álbum ha demostrado que bajo sus mangas hay más ases de los que se podían intuir en Wildlife y Somewhere At the Bottom of the River Between Vega and Altair.
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