Si hay unos viejos conocidos de este blog son Frieda’s Still In Love. Una de las primeras bandas con las que contactamos, y que debido a la proximidad y a sus ganas de tocar, han aparecido en más entradas que nadie en la historia de Frog The World. Uno de los referentes de la emergente escena del post rock nacional, con componentes inquietos y con una carrera en la música variada y nada desdeñable, máxime si se tiene en cuenta que su actual formación se encuentra presentando su segundo disco, por lo que se la puede considerar más o menos novedosa.
Por todas estas razones nos alegra especialmente ver sus pasos y su evolución, y cada lanzamiento por su parte es motivo de celebración en esta página. Y es que en una ciudad en constante pugna por su oferta cultural, especialmente en el ámbito musical, como es Valladolid, la existencia de una banda como Frieda’s Still In Love no sólo es sana, si no que puede llegar a hacerse necesaria.
Diez Inviernos supone, principalmente, la consolidación de un sonido y de un estilo propio y personal para la banda. De nuevo, pocos temas, pero con una buena duración cada uno de ellos, desarrollando cada uno de ellos su propio universo. Evocadores, y con una inconfundible aura de melancolía y añoranza, logran transmitir emociones sin dificultades, y comienzan a convertirse en claros identificadores del estilo de Frieda’s Still In Love prácticamente desde las primeras notas.
Por lo tanto, queda establecido que estamos ante un disco continuista en el sentido más literal de la palabra, sirviendo de secuela directa a su anterior trabajo. Ahora bien, la evolución de la banda es patente, y donde más se deja notar ésta es en la medición de los tiempos y los silencios. Las nuevas canciones de FSIL pueden empezar tímidas, pero seguras, manejando la atención del oyente a su antojo a través de cambios de tempo, silencios engañosos y paciencia a la hora de crear su momentum y transformar su esencia.
Esto sucede desde el primer momento, con Jugamos Al Béisbol, una canción que ya habían presentado en directo y que funciona a la perfección en este sentido. Es un corte paciente, envolvente, y a pesar de ser comedido en sus inicios, va creciendo haciéndose progresivamente más atrevido e intenso. Vostok 1983 supone una sorpresa por sus duros primeros compases, que puede llegar a recordar a los iniciales trabajos de God Is An Astronaut, para posteriormente quedar suspendido en una calma chicha, hasta que vuelve a crecer y acelerarse.
La mitad del álbum llega con La Cabaña y Marina, dos temas tremendamente intimistas, aunque el primero de ellos cuando rompe tiene un momento de batería adrenalínico, que cambia el esquema de la canción, para llegar a un final más que satisfactorio. El segundo de ellos cuenta con guitarra acústica y protagoniza el momento de mayor tranquilidad de este trabajo. El final viene de la mano de Ojalá Se Cumplan Todos Tus Deseos, el tema de mayor duración, que como no podía ser de otra manera, aprovecha sus casi nueve minutos para avanzar, mutar, sorprender y emocionar. Otro perfecto ejemplo del manejo de los tiempos y los ritmos por parte de FSIL, que es el aspecto más destacado de este álbum.
De nuevo, una parada necesaria para todos los aficionados al buen post rock, o para todos aquellos que quieran escuchar algo nuevo, trabajado y emotivo. Mezcla de emoción e intensidad, de calma y potencia, con canciones sólidas en la base pero cambiantes en su desarrollo. FSIL siguen siendo una banda muy a tener en cuenta dentro ya no sólo dentro del post-rock nacional, si no dentra de la totalidad de la escena.