El álbum protagonista de la entrada de hoy trae bastante controversia en cuanto a su lanzamiento. Iba a ser el segundo lanzamiento de la banda de la mano de un gigante musical como Warner Records. Tras una serie de supuestas diferencias insalvables, rompieron relación y ha acabado saliendo al mercado bajo el ala siempre cariñosa de un sello pequeño. Curiosamente, tras dichos cambios se ha llevado una serie de importantes collejas por parte de un amplio sector de la crítica más influyente y masiva. Esto es especialmente llamativo si echamos la vista atrás y recordamos el furor que causó su anterior trabajo, Hypnotic Nights.
Antes de entra en detalle en cuanto a qué tiene de bueno y de malo Wasted On The Dream es bueno reflexionar sobre como una serie de circunstancias desafortunadas pueden crucificar a un disco prácticamente antes de que nadie haya podido escucharlo. Dicho todo esto, es el momento de entrar a revelar la verdad (la nuestra, al menos), sobre el último trabajo de JEFF The Brotherhood.
En primer lugar, echa bastante para atrás su horrible portada. Parece el póster de una comedia mala sobre amigos fumetas, y contrasta bastante con el minimalismo que mostraron en trabajos como We Are The Champions, o lo llamativo y estilizado de la imagen de Hypnotic Nights. En este caso el control creativo parece que ha ido a cargo de los hermanos Jake y Jamin Orrall, optando por su imagen (bien de bigotes, melenas y vaqueros desgastados) entre nubes. Esta estética de «fuera de onda» se refleja en los temas que trata el disco, demasiado reiterativos: estar colocado, la vida al margen de la sociedad, y las constantes referencias al «sueño» como experiencia alucinatoria. El conjunto de su imagen y sus letras pueden causar algo de rechazo por su insistencia en parecer de otra época, con una estética de eternos adolescentes algo forzada.
Sin embargo, no hay que olvidarse de que sigue presente todo lo que hizo de Hypnotic Nights un éxito. Entrando propiamente en materia, JEFF The Brotherhood tienen buenas ideas, pasión y una capacidad insana para crear buenos riffs de guitarra. No se avergüenzan de su gusto por el rock clásico (clarísimo homenaje al Iron Man de Black Sabbath en Melting Place), sin olvidarse de referentes actuales como Weezer, Wavves, Best Coast (con colaboración de Bethany Cosentino en In My Dreams) o los propios California X. Muestran valentía a la hora de mezclar géneros (garage, fuzz rock, stoner, psicodelia…) y por usar instrumentos poco habituales en este tipo de música como el saxofón o la flauta travesera (una sorprendente colaboración de Ian Anderson de Jethro Tull en Black Cherry Pie). Todo esto son puntos positivos y es fácil apreciar el espíritu desenfadado y vivaz de la banda a pesar de sus temas recurrentes. Es remarcable como algunos aspectos que encumbran (justificadamente) a bandas como Thee Oh Sees en este caso han causado rechazo.
En definitiva, JEFF The Brotherhood, han probado que pueden llegar a ser sus propios peores enemigos, pero hay que concederles que en cuantos se les pone una guitarra en la mano la saben sacar partido. Wasted On The Dream deja una buena ristra de temas frescos y disfrutables (los anteriormente mencionados, Cosmic Visions, Karaoke, TN y Coat Check Girl), otros reiterativos y sin demasiada chispa, y una salvable sensación de agotamiento creativo en cuanto a las letras. No es para echarse las manos a la cabeza, ni mucho menos, y sí que anima a seguir las andanzas de los hermanos Orrall.