Por séptima vez (octava en el caso de Mario) acudimos con ilusión e incluso devoción a los verdes campos de Meerhout a una nueva edición del Groezrock, la meca del punk europea. Puede parecer una barbaridad acudir en tantas ocasiones a un festival, pero lo cierto es que todos los años consigue sorprender con sus bandas protagonistas, rompiendo el molde de los festivales al uso, donde se suelen suceder cada dos años los mismos nombres.

Este año una de las primeras grandes sorpresas venía de la mano de la fiesta de presentación en el JC (una suerte de centros culturales) de Ham, la localidad adyacente a Meerhout. Tras muchos rumores, y después de haber revelado un cartel de entrada bastante potente (We’re Wolves, Forus, Timeshares, Off With Their Heads y Ceremony) se dio a conocer la noticia bomba: Refused iban a ser el fin de fiesta, en una sala que albergaba a 250 personas.

Tuvimos la suerte de llegar a tiempo y adquirir entradas para el evento, y la verdad es que si aquello no fue histórico, estuvo muy cerca de serlo: los grupos locales caldearon el ambiente, Timeshares se mostraron bastante disfrutables con su pop punk estilo Florida, Off With Their Heads en su línea (es decir, muy bien) aunque dejándose alguno de sus grandes temas en el tintero, Ceremony mezclando su hardcore de pura cepa con su post punk oscuro de la actualidad; y Refused probándose a sí mismos, y al público, que saben desenvolverse en una sala pequeña a pesar de haber sido cabezas de cartel del Coachella. Un concierto salvaje, sin apenas discursitos, y con una química brutal entre la formación sueca y el público, que desprendía energía e ilusión a partes iguales.

Los dos días siguientes, el festival propiamente dicho, fue una tormenta de directos, alegrías, decepciones, cervezas, hamburguesas vegetarianas y carreras entre carpas. A modo de resumen os dejamos, para bien y para mal, lo más destacado de la edición de este año:

1 de Mayo

Joyce Manor:  Un horario exesivamente temprano y en el escenario grande, para que no se quejaran. Y a pesar de todo dieron un show muy disfrutable con un considerable repaso de lo mejorcito de sus tres álbumes. Esperemos no tardar mucho en verles en mejores condiciones y con un setlist más largo.

Beach Slang: Una de las sorpresas del año pasado, sonando realmente bien en directo, demostrando que sus EPs son sólo la punta del iceberg. Es agradable ver que eran bien recibidos en el escenario pequeña, a pesar de sus pintas de pijales.

Masked Intruder: El oficial Bradford y su Go Pro se hicieron los protagonistas del concierto, para una banda divertida, pero demasiado dependiente de sus coñas.

Against Me!: El carisma de Laura Jane Grace sigue arrasando, a pesar de que su setlist olvide de una manera progresiva los orígenes de la banda; aunque la reacción del público es muy distinta cuando suena algo «de lo viejo».

The Smith Street Band: Uno de los momentos emocionantes del día. Canciones bonitas, sensibles, simples y sentidas. Un grupo cada vez más consolidado, y con razones de sobra para ello.

Knapsack: Ver al mismísimo cantante de los míticos Cornflames dándolo todo en un concierto dice mucho de ellos. Un retorno esperado y que no decepcionó.

Mineral: Nadie nos dijo que la bajona podía sonar tan bien. Repetimos las impresiones de su concierto en Mezzago, excepto que esta vez se les veía más rodados y con más confianza en sí mismos.

Pennywise: OOOOOOH-oh-oh-OHHHHHH… y poco más.

Title Fight: Un concierto en el que descubrimos a qué sabe la tierra de Meerhout. Entre la polvareda comprobamos que las canciones de Hyperview no acaban de cuajar en directo, al contrario que las de su anterior álbum, Floral Green.

Social Distortion: La gran decepción del día y del festival. Tocaron todas las canciones míticas, pero alargadas hasta el infinito, haciéndose su concierto aburrido y la larga, infumable. Una lástima que el último concierto del viernes nos dejara mal sabor de boca.

2 de Mayo

Off With Their Heads: Sí, otra vez. Y todas las que hagan falta. Nunca decepcionan. Habríamos ido a verlos aunque hubieran tocado en un Policlean.

Teenage Bottlerocket: Muy bien su parte ramoniana, muy insulsa su parte metalera. Trabajan muy bien su propia fórmula, pero empieza a agotarse.

Banner Pilot: Personalmente, habría agradecido más canciones del mítico Collapser, pero aún así, un concierto muy enérgico, ideal para venirse arriba a media tarde.

Good Riddance: Aprovecharon la ocasión para presentar su disco nuevo. Una banda totalmente enmarcada en su estilo, pero con las cosas claras y con un directo intenso y arrollador.

Satanic Surfers: Uno de los platos fuertes del festival. Nostalgia, velocidad y potencia para una banda que a ratos sonaba algo fría y excesivamente técnica, pero que supo dar un buen directo después de bastante tiempo sin pisar los escenarios.

Basement: A ratos hardcore melódico contemporáno, a ratos punk y emo, y en ocasiones, algo de grunge. La particular mezcla de Basement supo dar juego en el escenario pequeño, y encandilar a una audiencia bastante entregada.

As Friends Rust: No sé quién disfrutó más el concierto, si ellos o el público, pero la química y la conexión que existió entre ambos fue tan evidente como constante.

Refused: Después de ver su espectáculo en sala pequeña, supo a poco verlos en el grande. Aún así, cambiaron lo suficiente el setlist para ser interesante, y dejaron caer un par de temas nuevos que por lo pronto, suenan esperanzadores.

Tres días tan agotadores como completos, y que como siempre, dejan una buena sarta de anécdotas, heridas, moratones, y buenos momentos. Y como no podía ser de otra manera, ya estamos expectantes del cartel de 2016, sabiendo que es el 25 aniversario del festival. Dado que pedir es gratis: ¿Reunion show de Jawbreaker?