Todos tenemos manías y fijaciones que no tienen una explicación racional: en mi caso tengo que reconocer que usualmente soy reacio a escuchar discos en solitario de artistas de bandas que me gustan mucho, porque tienden a decepcionarme si se alejan demasiado del sonido de la formación a la que pertenecen, o si no están a la altura de mis expectativas, como puede ser el caso del estrepitoso fracaso de Chritopher Owens fuera de Girls o los anodinos y fríos discos de Greg Graffin.
Por supuesto hay excepciones muy honrosas como puede ser el caso de Chuck Ragan, que se ha labrado un nombre propio con casi el mismo reconocimiento que Hot Water Music; los discos en solitario de Matt Pryor, que sin llegar a la altura de sus trabajos con The Get Up Kids, son muy disfrutables, o incluso las aventuras de Kevin Morby fuera de sus múltiples formaciones me han dado bastantes alegrías. Por estas razones, cuando Mac McCaughan de Superchunk decidió dar el paso y sacar su propio material, tuve considerables sentimientos encontrados.
Los primeros adelantos de Non-Believers daban a entender que la manzana no iba a caer demasiado alejada del árbol. Lost Again mostraba un power pop algo más intimista de lo habitual, menos guitarrero y enérgico, pero dentro de la línea de las canciones más relajadas de los últimos trabajos de Superchunk.
Como ya hemos dicho, las guitarras, sin desaparecer, dan paso a los teclados, con sutiles coqueteos con el dream pop y el synth pop, llegando a momentos como la instrumental de Wet Leaves, que podría estar firmada por Passion Pit y con la inclusión de la voz femenina, con ecos de Beach House. Es el caso más patente, pero también sucede en Real Darkness, que también recuerda a Real Estate por su carácter apacible y sentido, o en la motivadora Only Do. Con todo y con eso, también hay canciones divertidas y con garra como la pegadiza Box Batteries, la coreable Barely There o los ritmos juguetones de Come Upstairs.
Y ahí es donde entra el típico juego de ¿a quién quieres más, a papá o a mamá? En ese sentido, Non-Believers es una vuelta de tuerca al sonido de la banda de Mac McCaughan, un derivado disfrutable y que en cierto modo, aporta frescura y nuevas ideas. Es algo más intimista, más calmado, y menos directo e inmediato. Lo suficiente para que se vean las ideas divergentes, pero para que también se deje entrever el fondo.
¿Es un disco para fans de Superchunk y enamorados/as de Mac McCaughan? Sí rotundo. ¿Es un disco para todo el mundo? Es más, ¿es un buen disco? También, prácticamente con la misma fuerza que la respuesta a la primera pregunta. A pesar de que tiene altibajos y hay temas que destacan mucho menos de lo que deberían, es un álbum de pop competente, bonito, y lleno de emoción. Hay artistas integrales que, siguiendo el tópico, no pueden parar de crear, y a cuyo nombre siempre asociaremos buen material y canciones emocionantes. Ése es el caso de Mac McCaughan y su Non-Believers.