Es verano y hace calor. Los medios de comunicación no dejan de repetírnoslo, es la noticia más cacareadas, y un tema de conversación recurrente en cualquier momento, pero especialmente en esos largos trayectos de ascensor. Y como en Frog The World no nos gusta recrearnos en lo evidente, preferimos aportar uno de los remedios más fáciles y baratos para alejarse de nefastos pensamientos sobre las altas temperaturas: la música refrescante.
Ya decíamos en varias ocasiones que el punk rock es para el verano, pero también el rock garajero, el lo-fi, la psicodelia, o el power pop. Géneros que nos den fuerzas e inviten a moverse, sudar la gota gorda y tirarse a la piscina en bomba (o al sofá con el ventilador a tope, como alternativa más cómoda y barata). Como en la anterior edición, tres discos que suenan a todas estas cosas, o a lo que se os antoje, que para eso cada cual visualiza el verano en su cabeza de una manera. Hoy: Best Coast, Desaparecidos y Flipping Colors.
Best Coast.- California Nights
Un disco obligatorio en esta selección de discos veraniegos. Bethany Cosentino y Bobb Bruno viven en unas supuestas e idealizadas vacaciones, tomando el sol,
colocados, y siendo tendencia siempre que pueden. Esa actitud es parte de su encanto, a pesar de lo ficticia que claramente es, pero sin duda es lo que su música nos hace pensar. Su aire frívolo, kitsch y algo forzado siempre ha sido marca de la casa, y no es algo que cambie en California Nights.
Entiendo que el anterior párrafo puede sonar despectivo, pero realmente no es la intención. Bethany Cosentino se ha creado su propio personaje y vive a costa de él, y es atractivo, fascinante e incluso magnético. Bobb Bruno ejerce de complemento y está a la sombra de su fama, pero es un músico competente y que da la cara. Y es esta conciencia de sí mismos la que hace que California Nights retome las buenas impresiones del mini-LP Fade Away, y el aura de su fenomenal debut Crazy For You, que quedó oscurecido por el decepcionante The Only Place.
Como hemos dicho, la fórmula mágica de Fade Away ha vuelto para quedarse: rock alternativo guitarrero, algo de lo-fi y un buen chorro de shoegaze para diferenciarse de los demás. La única pega es que California Nights pierde fuelle en su segunda mitad, pero nos deja buenos temas como Feeling Ok, Heaven Sent, la pegadiza Jealousy, la propia California Nights o Fading Fast.
Desaparecidos.- Payola
Trece años han necesitado Desaparecidos para atreverse a sacar un segundo disco. Sin embargo, hay que reconcoer que a pesar de no ser demasiado nombrados, Payola ha causado un considerable impacto tanto en la escena del punk como fuera de ella. Una clara razón, aunque suene feo decirlo, es la nostalgia. Payola suena fuera de época, añejo, reivindicativo, e incluso algo macarra, y lo suficiente divertido como para invitar a revisitarlo.
Pero no sólo de nostalgia viven Desaparecidos, y aunque es un factor a valorar, no es el único. Hacer resurgir viejas memorias te puede llevar lejos, pero a la hora de la verdad, tiene que haber algo detrás de un mero paseo por la memoria para que un disco enganche y soporte una segunda (y tercera) escucha. Está lleno de hits para berrear, canciones protesta de gancho facilón pero con más fondo de lo que puede parecer de entrada, y el talento de Connor Oberst por bandera, que ya es algo bastante llamativo de por sí.
Imposible no engancharse a la contundente Left Is Right, la coreable City On The Hill, MariKKKopa, o a la ácida ironía de Slacktivist. Un disco divertido pero cabal, entretenimiento con cabeza y con mensaje, en la mejor tradición del buen punk, algo que por desgracia, no debería ser tan raro de encontrar en los tiempos que corren.
Flipping Colors.- Selfish Shellfish Selfie
Una de esas agradables sorpresas que uno se encuentra viendo páginas amigas. Los valencianos Flipping Colors tienen dos discos en su haber, pero sus miembros han pertenecido a un número casi obsceno de formaciones, como por ejemplo Tucán, conocidos de este blog desde que nos enganchamos sin remedio a Tocayo. Otros ejemplos destacados son Amatria, Cuello o Sangre de Mono, unos antecedentes que sin duda prometen.
Selfish Shellfish Selfie es toda una reivindicación del power pop sin complicaciones, pretendidamente ligero, divertido y bailable; pero con destellos fugaces y muy disfrutables de otros géneros: el guitarreo contenido y nervioso del inicio de Yourself, algo de distorsión en Pink And Gay, la velocidad de Whore, los aires ramonianos de A Great Job o el rock garajero puro y duro de Sunny Sun. Mención aparte a la descarga de 58 segundos de Highdrive, que a pesar de su corta duración, funciona genial. Es un disco completo y variado, luminoso y cálido, pero con sombras fugaces y mucha energía.
Un trabajo que por desgracia es fácil que pase desapercibido, y que tanto por su capacidad para entretener y divertir, como por su sencillez pegadiza, merece ser escuchado. Flipping Colors debutan con un disco realmente competente y disfrutable como pocos desde los primeros acordes. Una de esas joyas nacionales que no hay que dejar escapar.