La unión de dos talentos como Nathan Williams y Dylan Baldi suponía un sueño hecho realidad, siendo los artífices de dos de las bandas que más he escuchado, con diferencia, en los últimos cinco años. Wavves y Cloud Nothings tienen estilos distintos, pero compatibles, y ver qué salía de la mezcla de ambos era tremendamente estimulante.

Esta colaboración, a pesar de su interés, no deja de ser un divertimento de varios músicos que se entienden bien. A pesar de que exista un trabajo detrás de este disco, se ve que ha sido algo ligeramente improvisado, en un ambiente distendido y concebido más como un divertimento que como un trabajo serio.

Ésta puede ser la mayor pega de No Life For Me, porque deja la impresión de que si el acuerdo entre Wavves y Cloud Nothings hubiera sido algo más concienzudo, podrían haber sacado mejores canciones y extender más los buenos conceptos que se dejan entrever en este álbum.

How It’s Gonna Go fusiona las dos voces principales y enlaza estribillos coreables con momentos de calma. Desde este primer tema se ven las buenas ideas que se decían antes: el punto ácido de Wavves con la calma tensa de Cloud Nothings, la estructura pop con base de guitarras de ambas bandas, en un punto medio entre la simpleza y claridad de los temas de los primeros, y la complejidad técnica y enrevesada de la formación capitaneada por Dylan Baldi. Come Down contiene estos elementos pero de una manera más descafeinada e intranscedente, pero más accesible, recordando por momentos a los primeros trabajos de la trayectoria de Cloud Nothings.

Por su parte, Hard To Find busca esa esencia nerviosa e incómoda que caracteriza a las canciones más ásperas de ambas bandas. Una canción mucho más abrasiva, y que supone la otra cara de la moneda de Come Down. Está claro que a pesar del carácter de experimento entretenido de este disco, tanto Wavves como Cloud Nothings han intentado abarcar un espectro bastante amplio de sonidos y posibilidades. Ambos interludios, Untitled I y Untitled II no dejan de ser una transición entre temas y, además de ser poco reseñables, dejan con la impresión de que sus posiciones podrían haber sido ocupadas por canciones propiamente dichas, lo que da algo de rabia.

Una de las canciones más atípicas es Nervous, que es calmada pero a la vez angustiosa, y abre el tramo más destacable del disco. No Life For Me, además de dar título a este trabajo,  es un corte animado, pegadizo y con un buen fondo guitarrero, y al igual que How It’s Gonna Go, una perfecta mezcla de los estilos de ambos colaboradores. Le sigue Such a Drag, escrita en solitario por Nathan Williams, y la más enérgica de todo el álbum, con un estilo tan árido como auténtico, un tema sin embellecimientos ni ornamentación alguna, y que funciona a la perfección. Pone el cierre a este disco atípico Nothing Hurts, ideada en exclusiva por Dylan Baldi: corta, agridulce y sensible; una bonita manera de cerrar esta colaboración.

No Life For Me puede estar lejos de ser el disco del año, porque realmente tampoco se han planteado Wavves o Cloud Nothings ir más allá de un experimento juguetón, pero sería genial si se convirtiera en la piedra fundacional de nuevas colaboraciones y de temas conjuntos entre ambas formaciones. Y a pesar de su carácter desenfadado y no excesivamente profesional, deja una serie de temas nada desdeñables, por lo que confirma el talento de dos bandas que cada vez se hacen más destacadas en el panorama musical actual.