No hay un tema más controvertido en el mundillo musical que el paso de una banda «minoritaria» a un gran sello. En el presente caso hay que relativizar tanto el pequeño tamaño de la banda como el poder de quien la ha tomado bajo su ala, dado que estamos hablando de una formación consagrada como Defeater y de Epitaph, que sin duda tiene solera y renombre, pero no está a la altura de los grandes gigantes. A pesar de esto, las sospechas estaban a la orden del día, temiendo una comercialización de una de las bandas más auténticas de hardcore a nivel mundial a día de hoy.
Defeater siempre se han caracterizado por álbumes trabajados, directos a la yugular y siempre con un trasfondo concreto. Su anterior trabajo, Letters Home, narraba las vivencias de una familia americana pendiente de las noticias de la segunda Gran Guerra y sus experiencias durante ese tiempo turbulento. Abandoned prosigue con esa misma inspiración temporal, pero en esta ocasión desde la perspectiva de un sacerdote, y enfrenta un tema tan controvertido como interesante: la fe.
Como no podía ser de otra manera, el artífice de esta temática es la cabeza visible de la banda, Derek Archambault, que inserta en las letras de cada tema sus propias creencias, y su falta de fe tanto en la idea de un ser superior, y de manera más evidente, en su rechazo a la religión organizada y sus costumbres, ritos y tradiciones.
Tanto la temática del disco como la propia trayectoria de la banda hacen que Abandoned sea un disco más intelectual y pausado, con tintes experimentalse, lo que puede ser chocante de entrada para un grupo como Defeater. Esto no significa que hayan perdido su esencia o que se hayan sumado a las tendencias de otras bandas similares que se acercan más en la actualidad al post-rock o al post punk. La formación de Boston mantiene sus raíces hardcore bien hondas, pero se atreve con medios tiempos, momentos ambientales y coros, sin dejar de lanzar varios temas contundentes y crudos, tal y como nos tienen acostumbrados.
La pérdida de fe del protagonista sin nombre de Abandoned va siendo más evidente desde las iniciales Contrition con su misteriosa introducción y la brutal Unanswered, continuando más tarde con el enérgico dúo de December 1943 y la potente Spared In Hell. En el ecuador del álbum se ubica Borrowed & Blue, un oasis de calma antes de Penance y Remorse, que vuelven a demostrar que en este trabajo las canciones parecen ir por parejas. La misteriosa Pillar Of Salt da paso a la curiosamente luminosa y esperanzadora Atonement, para finalizar con Vice & Regret, la canción más ambiental, minimalista y pausada de este trabajo. Los vaivenes que da el disco realmente ayudan a relatar la odisea emocional y personal que se describe en las letras, de tal manera que no sólo resulta musicalmente interesante, sino a nivel narrativo y hasta cierto punto, logra dar material sobre el que meditar.
Se pueden decir muchas cosas de Abandoned, pero la explicación más sencilla es la que más se acerca a la realidad: es un nuevo peldaño en la carrera de Defeater, y como tal, supone un paso adelante, pero no una ruptura. Tiene todo lo que se puede esperar de ellos, y también alguna sorpresa que probablemente se desarrolle en plenitud en un futuro cercano. La prueba evidente de que el hardcore no sirve sólo como música para ventilar frustraciones, sino que puede convertirse en una herramienta de comunicación, de pensamiento, de discusión y de aprendizaje.