El año pasado fue una época de cambios para los integrantes de Frog The World, y tristemente, eso significó un parón considerable en nuestro ritmo de publicación de reseñas y artículos en general, por lo que no hicimos todo el caso que se merecían ciertos discos. Evil Debt, el debut de los madrileños Rollercoaster Kills, acabó en una posición considerablemente alta en nuestro Top con los 50 mejores discos del año, pero sí es cierto que las palabras que le pudimos dedicar fueron escasas y a todas luces insuficientes.
En 2015 nos estamos enmendando como podemos, y hemos recuperado bastante el ritmo, aunque no estemos al 100% como nos gustaría. Sin embargo, entradas como la presente, sobre el nuevo trabajo de Rollercoaster Kills, nos valen para redimirnos, y cómo no, para hablar de discos nacionales llamativos e interesantes que no han de pasar desapercibidos.
Life Sweet Gross es una digna continuación de Evil Debt, y sigue los senderos marcados en el debut de la banda. Tenemos influencia del rock alternativo noventero y del hardcore ochentero: en las propias palabras de la banda, hay Hüsker Dü, Wipers y Mission of Burma, pero también hay punk rock, toques de post-hardcore y alguna estructura más pop que ayuda a dar al disco variedad y curiosamente, consistencia.
Rollercoaster Kills traen bajo el brazo doce temas que configuran más que bien su estilo propio y que definen su sonido con todos sus posibles matices. Además de ser interesantes musicalmente, llaman la atención por sus letras, diversas, irónicas y en ocasiones sentimentales: en Life Sweet Gross se abordan, como se aprecia en el nombre del disco, aquellos aspectos que hacen de la vida una experiencia dulce y a la vez asquerosa: odas ácidas al amor, historias truculentas sobre masacres y asesinos en serie, deseos frustrados, críticas a las redes sociales, positivismo desatado… un abanico de temáticas contrapuestas, no exentas de humor y mala leche.
Otro aspecto a destacar es la política de Rollercoaster Kills respecto a la duración de sus temas: superar la barrera de los dos minutos les parece impensable, y la mayor parte de los cortes de Life Sweet Gross acaban al minuto y medio. Esto significa que su nuevo trabajo excede brevemente los veinte minutos, convirtiéndose en una experiencia fugaz, y tan sucinta como adrenalínica. Doce cortes directos a la yugular, sin concesiones y sin tregua, que no bajan el ritmo en ningún momento, entre los que destacan momentos especialmente brillantes como Charles, Ed & Pogo The Clown, la coreable Peach Blitz, la rauda Bad Bromance y la atípica y experimental Heaven Eleven.
Como sucedió con Evil Debt, Life Sweet Gross vuelve a dejar con ganas de más y vuelve a mostrarnos de manera acelerada y comprimida el estilo propio, fresco y sin edulcorantes de Rollercoaster Kills. Un disco que contiene nostalgia, novedad, ganas de tocar y vocación de directo, y que inevitablemente, está empezando a sonar fuerte tanto en publicaciones como en salas. Una propuesta que no hay que dejar pasar, y llamado a estar entre los destacados de 2015.