Me gustaría pensar que existe un grupo de seguidores de esta página, que verá esta entrada y dirá: «ya era hora de que reseñaran lo nuevo de Cordura«. Aunque es una posibilidad remota, ahí está, y ese pensamiento, de darse, no estaría en absoluto errado. Algo fallaría en Frog The World si se nos pasara el último lanzamiento de una banda que siempre ha estado en nuestros corazones.

Todos los años nos las apañamos para encontrar nuevas bandas de ese nicho restante del post-hardcore nacional (a pesar de que banda reniegue de toda etiqueta) que tanto nos gusta, y que cada vez es más raro de ver: el año pasado hablábamos de Encono, pero también han pasado por esta página (sin ningún orden el particular) Viva Belgrado, La Parade,  No More Lies, Interlude o 5000 rpm; y por supuesto siguen en nuestra cabeza formaciones como Nuevenoventaycinco, Dut o Corea, entre muchas otras.

Todo esto para poner de relieve que cada nuevo lanzamiento dentro de este particular estilo nos supone una alegría, y que somos conscientes que fácilmente puede convertirse en decepción si el disco en cuestión toma unos derroteros especialmente inesperados (salvo que el cambio fuera a mejor, que tampoco es nuestra intención pecar de talibanes musicales) o si, simple y llanamente, no estuviera a la altura.

Si retomáis nuestra reseña de Metrópolis podéis ver que logró satisfacernos considerablemente, y tres años después tenemos en nuestras manos,  un nuevo largo de Cordura. Y continuando con su anterior trabajo, El Mal Ya Está Hecho supone, un retorno a su épica intimista: canciones que suenan enormes, oníricas y a la vez, cercanas, con un trasfondo con el que es fácil identificarse y verse reflejado. La portada no es casual, pues gran parte de los cortes del disco se ven a través de una óptica cósmica, espacial, para acabar tratando temas de la vida cotidiana, del día a día. Esta aparente contradicción crea una atmósfera muy particular y llamativa.

Ya decíamos antes que Cordura huyen de toda etiqueta, y es algo que queda patente en El Mal Ya Está Hecho. Sus raíces rock son muy profundas y se despliegan alegremente a lo largo de su último trabajo. Como nos tienen acostumbrados, la calidad técnica y la factura de este lanzamiento es considerable, y se deja ver en canciones con cambios de ritmo y punteos como Más Allá Del Muro Del Sueño, y todos los temas guardan espacio para la sorpresa, la variación y huyen del aburrimiento. Desde temas pausados y melancólicos como Animación Suspendida, acelerados y potentes como Justicia Poética o El Cielo En Contra, grandilocuentes como Órbitas Coincidentes, instrumentales cercanos al post-rock como Gravedad Cero hasta la explosividad final de Ad Astra y la propia El Mal Ya Está Hecho; este disco es toda una caja de sorpresas que invita a ser explorada en más de una ocasión.

Podemos respirar tranquilos, Cordura progresan y evolucionan, pero sin bajar el listón y sin traicionarse a sí mismos, creando una nueva pieza que investigar, visitar y a la que volver con frecuencia. Un gran equilibrio entre composición y letras, para un nuevo disco de una banda que, a pesar de su perfil bajo, para muchos de nosotros, está entre las más destacadas del panorama nacional.