Las cosas que hacemos para encontratar a gente que se siente como nosotros. Casi nada. Desde el título, Beach Slang apelan a un sentimiento de comunidad, a la fuerza del «nosotros». No nos parece en absoluto descabellado, porque la música siempre ha sido, y es, un factor determinante a la hora de establecer un «nosotros», que por desgracia casi siempre se opone a un «vosotros» y a un «ellos».
El típico cuadro de película de instituto, que no difiere tanto de la realidad, siempre separa a los rockeros, metaleros, góticos, punks, modernos de la new wave, raperos deportistas, etcétera; y es esta separación por géneros íntimamente relacionada con la música que escucha cada colectivo es la que muchas veces se traslada a los enfrentamientos culturales y verbales entre los seguidores de determinadas bandas o estilos.
Sin embargo, el «nosotros» de Beach Slang no supone confrontación, y parte de una idea romántica, de unión, de búsqueda de empatía, y también, de no sentirse solo y aislado. The Things We Do To Find People Who Feel Like Us (en adelante The Things We Do) no plantea cismas ni separaciones, si no desde una óptica sentimental y algo utópica.
The Things We do es eminentemente un álbum de punk rock. Es rápido, directo y accesible, y combina momentos agresivos con otros, más numerosos, pasionales y melancólicos. Como no podía ser de otra manera, continúa la línea seguida por sus primeros EPs, que pusieron a la banda en el mapa y consiguieron llamar considerablemente la atención, recopilados en Broken Thrills. Beach Slang vuelven a destacar por la intensidad de sus letras y por sus temas aparentemente sencillos, fáciles de escuchar y adictivos, siempre acompañados de la fascinante voz de James Alex.
El fondo pop que ya se dejaba ver en canciones como Filthy Luck o American Girls and French Kisses vuelve a mostrarse en los primeros compases del disco con Throwaways y Bad Art & Weirdo Ideas, pero también hay espacio para canciones más desatadas como Ride The Wild Haze o I Break Guitars. A pesar del buen nivel general de The Things We Do, hay canciones (pocas) como Too Late To Die Young o Young & Alive, que comparten similaridades ya desde el título, y que a pesar de no ser mediocridades, parecen hechas por encargo, demasiado pensadas para satisfacer al público, quedando una sensación de vacío. El final del disco compensa con creces estos cortes autocomplacientes con buenos temas que se salen de la norma, pero que también reflejan las obsesiones de la banda a través de palabras clave, con Porno Love, Hard Luck Kid y Dirty Lights.
Beach Slang tienen algo de los discos buenos de The Gaslight Anthem, algunos ecos a Hot Water Music y comparten la motivación y ánimo de Japandroids. Es difícil que un álbum que recuerde a estas tres referencias no nos llame la atención, y que deseemos incluirnos dentro de ese «nosotros» que reza su título. Y lo más positivo que nos deja The Things We Do, es que tiene pinta de que lo mejor está por llegar, por lo que nosotros, al menos, permaneceremos atentos.