Cuando bajo un mismo techo se reúnen bandas como Disco Las Palmeras!, Unicornibot, Lendrone, Puma Pumku o Telephones Rouges es porque algo bueno se mueve allí dentro. Por esta razón nos solemos confiar cuando un lanzamiento proviene del sello Matapadre, que lleva ya un tiempo considerable trayéndonos gran parte de las novedades más interesantes de la escena gallega.
Bala son la nueva incorporación a la familia de Matapadre y como todas las formaciones enumeradas en el párrafo anterior, tienen una propuesta original, propia, y diferenciadada. Anxela y Violeta integran un dúo que con su debut está haciendo mucho ruido, y que no podíamos pasar por alto sin decir unas palabras sobre él.
Creo recordar que en una entrevista, las componentes de Bala recomendaban ir a sus conciertos para, bromeando, verlas hacer el macarra. Y aunque esa frase se dice desde un contexto jocoso, hay algo de esa actitud en Human Flesh, y se agradece. El estilo de Bala tiene un punto salvaje y un fondo cafre que huye de tópicos y ornamentos innecesarios, despojando a su sonido de todo lo que sea accesorio, dejándolo en su base más primitiva, dura y tajante.
Human Flesh es un disco crudo, que no se anda por las ramas y que va directo al grano. En su interior se mezclan grandes dosis de grunge, stoner rock y metal, con una cadencia similar a la de los cánones establecidos por Kyuss, Fu Manchu o Red Fang, y que dentro del movimiento stoner estatal les emparenta con formaciones como Codo o Tutan Come On. La media hora escasa de duración de su primer álbum refuerza la sensación de inmediatez y contundencia, una descarga adrenalínica que deja agotado y que no se deja nada en el tintero.
El que fuera adelanto, Tripas + Chained, abre el disco dejando claro al oyente lo que se va a encontrar. Ritmos pesados, ominosos, rotundos e incesantes para un opener de libro. Freedom Is comienza algo más contenida, pero no tarda en explotar y desatarse y dar paso a Human Flesh, una de las canciones más aceleradas del álbum. A.S.A.B. puede ser la canción más puramente stoner del álbum, con el compás más marcado y definido, que contrasta con Hell Awaits, mucho más caótica y cambiante, con un juego de voces muy notable. Finalizan el disco la contundente, poderosa y breve Revenge, y Joan Vollmer, otro ejercicio de estilo a dos voces y con una cadencia tan robusta como camaleónica.
De la nueva hornada de bandas del panorama nacional del presente año, Bala, sin ninguna duda, están entre las más interesantes, tanto por dar un nuevo giro al género en el que se enmarcan, como por su potencia, audacia y fuerza. Human Flesh es un primer disco con garra, que no tiene miedo a enseñar los dientes, y que hace relucir sus fortalezas de una manera honesta y transparente. Uno de los debuts más llamativos de este año, y la mejor carta de presentación para una nueva formación de un género que, tras unos años bajos, está en ascenso y que cada día gana más relevancia.