Última parte de nuestro Top 50, con los diez discos más destacados del año que se nos va. Una decena de álbumes que, como solemos decir, han configurado la banda sonora de los últimos doce meses, y que es de suponer que van a seguir siéndolo por muchos años.
Redoble de tambores, estiramos la alfombra roja, y con una sonrisa de oreja a oreja os presentamos nuestros discos favoritos de 2015:
10. Disco Las Palmeras!.- Asfixia. La cabeza visible del post punk en España, vuelve con sus disco más duro y crudo hasta la fecha. Disco Las Palmeras! nunca han destacado por su delicadeza, pero en Asfixia han alcanzado cotas altísimas de potencia claustrofóbica y oscura con su mezcla de estilos, abarcando desde el shoegaze más etéreo al post hardcore más aguerrido.
9. (lo:muêso).- Hoidên Limother Petity Vefuckêr. Se suele relacionar el carácter de experimental con discos fríos, densos, y en última instancia, aburridos. Pero (lo:muêso) son atípicos hasta para eso, y tras un considerable lapso de tiempo sin noticias de ellos, nos presentan un disco lleno de innovación y riesgo, pero con mordiente, fuerza y calidez.
8. METZ.- II. Los nuevos titanes del ruido profundizan en la fórmula de su disco de debut, creando melodías incómodas, abrasivas y en ocasiones de brocha gorda, pero efectivas, nerviosas y explosivas. Uno de los discos más salvajes de 2015, y una auténtica bomba en directo.
7. Battles.- La Di Da Di. Este año hemos decidido premiar a los discos con carácter experimental, y Battles de eso saben un rato. Lo único que le falta a La Di Da Di para ser un disco absolutamente redondo es algo más de variedad, o alguna colaboración, como sucedía en Gloss Drop. Por lo demás, una factura técnica espectacular e impecable, y los ritmos más complicados e interesantes del año.
6. Ulises Lima.- For All That Matters. De la complejidad y la técnica a la sencillez y el sentimiento. Tras nuestra reseña, los propios Ulises Lima nos dijeron que habían hecho este disco en poco tiempo, y lo calificaban de «poco trabajado», y aún así, es un trabajo lleno de emoción y de sentimiento, que recuerda a grandes referencias, y que mira hacia el futuro.
5. Waxahatchee.- Ivy Tripp. Es realmente sencillo dejarse llevar por el encanto de Katie Crutchfield y su proyecto en solitario, Waxahatchee. Su indie rock influenciado por el folk de corte intimista y delicado es una maravilla, y a la vez, lo suficientemnte versátil para abarcar distintas materias y atreverse con acercamientos a otros géneros. Un disco tan completo como bonito.
4. Beach Slang.- The Things We Do To Finde People Who Feel Like Us. No nos queda otra que apelar a ese «nosotros» que invocan Beach Slang. El sentimiento de comunidad y la empatía que transmite su primer disco de larga duración es su característica más destacable, pero también supone un gran paso en el reconocimiento a gran escala del punk de nueva factura, y que demuestra que a base de EPs sinceros y humildes, se puede llegar lejos.
3. WANN.- We Knew It Was You. Tras conquistarnos con su primer EP y convencernos con Rubicone, WANN han demostrado no sólo que a la tercera va la vencida, sino que tienen aún más sorpresas escondidas y que no pierden capacidad de sorpresa. Una banda en estado de gracia que poco a poco se ha hecho un hueco y un nombre en la escena nacional.
2. Sleater-Kinney.- No Cities To Love. Una de los primeras novedades de 2015, y el segundo que analizamos en esta página, así como uno de los lanzamientos más esperados. Un regreso por todo lo alto para la formación de Olympia, que vuelve más combativa, ácida e inspirada que nunca. Ojalá todos llos retornos fueran como éste.
1. Titus Andronicus.- The Most Lamentable Tragedy. Era difícil superar The Monitor, está claro, y Local Business, sin ser realmente malo, no ayudó a olvidar el disco más icónico de Titus Andronicus. The Most Lamentable Tragedy no intenta el más difícil todavía, y opta por la vía del exceso, y vaya si lo consigue. Una ópera rock moderna que eleva a la máxima potencia todos los defectos y virtudes del grupo de Patrick Stickles, y que celebra sus taras, que se muestra a ratos tímida y a ratos plena de confianza, e incluso orgullosa de sí misma. Un auténtico puñetazo en la mesa, un desafío creativo espectacular y, en definitiva, el disco del año.