Riguroso Directo: MadCool 2016

Acudir a un festival de nueva creación siempre es una experiencia interesante, a pesar del riesgo que puede suponer; teniendo en cuenta que a día de hoy, el plan festivalero, se ha hecho más que común, y surgen eventos de este tipo de debajo de las piedras. Esto no tiene por qué ser malo, pero ha creado un cierto hastío y una sensación de posible agotamiento. Sin embargo, la propuesta de MadCool era interesante por la mezcla de géneros y experiencias que podía suponer: mitiqueces de larga data como The Who o Neil Young, sabor noventero con Garbage y Jane’s Addiction, hypes del momento como The Kills o DIIV, electrónica macarra con The Prodigy y Die Antwoord y por supuesto las bandas omnipresentes del panorama nacional que no dejan de girar como Lori Meyers o Corizonas.

Así que, armados de valor y con un nuevo festival por delante, nos dirigimos a La Caja Mágica a ver qué nos deparaba durante sus tres días de duración:

MadCool

Jueves 16

Los problemas de organización en cuanto a las colas para entrar a los escenarios pequeños y para pedir por culpa de las pulseras amenazaron con convertirse en los protagonistas de la jornada. Buenas ideas sobre el papel en la práctica empañaban la experiencia básica de un festival, y había muchos puntos que tocaba pulir en los días siguientes y en próximas ediciones. No me parece necesario extenderme sobre algo que ha salido en todos los periódicos y que no tiene nada que ver con lo importante musicalmente hablando, pero sí que es verdad que había momentos que podían acabar con la paciencia de uno. En la otra cara de la moneda, el grueso de  estos problemas se solucionaron rápidamente y los siguientes días prácticamente desaparecieron, salvo las colas para acceder a los conciertos en sala.

Nuestra jornada empezó con Lori Meyers, que sabiendo su popularidad actual no se complicaron y fueron directos a sus grandes éxitos como un imán para las masas. Está claro que gracias a trabajo duro y constancia se han convertido en un referente del indie español que más se acerca al gran público, pero su fórmula necesita algo de renovación si quieren seguir estando en la cumbre; pero mientras tanto, seguirán siendo coreados. Por horario, prácticamente teloneaban a un grupo legendario como The Who, que por desgracia sonaron demasiado bajos por problemas de sonido. Aún así, escuchar en directo himnos como Who Are You?, The Kids Are Alright, My Generation, Pinball Wizard (sí, la conozco por Los Simpson) o Baba O’Riley es algo que no sucede todos los días. Da gusto ver a gente de avanzada edad que sigue conectando con el respetable y que disfruta con lo que hace. Y que, en algunos casos, sigue teniendo pectorales, como Roger Daltrey.

Lo siguiente en el orden del día era una de las bandas que me han marcado, Garbage, y no sólo por mi tremendo crush adolescente con Shirley Manson. Puede que sus últimos discos carezcan de la garra de sus primeros trabajos, pero Version 2.0 y su debut siguen siendo brutales en vivo, y su directo suple todas las carencias que puedan tener los álbumes de estudio.

Hercules & Love Affair fueron una de las grandes sorpresas de la jornada. Electrónica bailable, divertida, con un show cercano, sin complejos abiertamente LGBTQ y con una capacidad de atracción tremenda. Por el contrario, Editors tiraron de pompa y sobriedad, y a pesar de contar con hits considerables como Blood, Papillon o Bullets, no acabaron de lucirse por un excesivo refinamiento y demasiada sangre fría para lo que debería ser un concierto de post punk elegante. Puso el final al día otra banda que se sabía ganadora, Vetusta Morla, que a pesar de no ser santos de mi devoción he de reconocer que saben montar un buen concierto con un auténtico arsenal de hits mediáticos y pegadizos. Indie de masas, sin duda, pero con tablas sobre un escenario.

Viernes 17

La jornada empezaba con unos Stereophonics tempraneros pero conscientes de su labor de animar el inicio de la tarde con su britpop agradable y ligero. Por su parte, Temples se mostraban más llamativos a través de su psicodelia comedida y para todos los públicos, sin excesos pero cuidada y fácil de escuchar.

Tras los goles de la Selección y un espectáculo a cargo de La Fura dels Baus con su gigantesco muñeco andante, entraban en el escenario principal como una tromba unos Jane’s Addiction llenos de ganas, con Perry Farrel vestido como un proxeneta de Nueva Orleans, y Dave Navarro comodísimo en su papel de guapo malote. Si bien su concierto se me hizo algo reiterativo hacia el final, oír sus grandes temas en directo es toda una experiencia, y no se les puede negar que se dejan la piel. Been Caught Stealing, Of Course, Mountain Song, Jane Says e incluso un cover de David Bowie (Rebel Rebel) para un show completo y enérgico.

Tras volver a vivir un considerable problema de colas y aforo, pude acercarme a Caribou un rato, dado que desde la grada y a una considerable distancia pierden bastante gracia. Algo de mala gana, porque su espectáculo electrónico tenía buena pinta y la localización en la que me tocaba verlo le restaba enteros, decidí acercarme a Band Of Horses.  Los de Seattle se incardinan fácilmente en las nuevas bandas de indie rock con toques de folk que han alcanzado el cénit a día de hoy, y a pesar de que resultan agradables en directo cuando son hábiles y cuentan con una buena voz, como en este caso, en muchas ocasiones pueden resultar algo clónicas.

La noche se animaba con The Prodigy, por los que duele decir que sí han pasado los años. Tras un inicio brutal con Breathe y Firestarter empezaron a sucederse clásicos mezclados con temas más nuevos, y a pesar de que mantuvieron la energía, se respira un cierto cansancio en una fórmula que en su día parecía inagotable. A pesar de todo, es imposible no venirse arriba con ellos y con su estética de outsiders pasados de moda. A la inversa, Die Antwoord se encuentran en un estado de gracia, y lo saben, siendo los nuevos portadoers de la antorcha del rap rave. Ninja, Yolandi y Dj Hi-Tek saben bien como dar un espectáculo potente, macarra y con un toque garrulo lleno de carisma. No faltaron sus hits como I Fink You Freeky, Fatty Boom Boom o la inevitable Enter The Ninja, con momentos puramente electrónicos como el falso cierre con Never Le Nkemise antes de la traca final. Agotadores, caóticos y con un montaje colorido, provocador y sugerente, son una auténtica experiencia para recordar.

Sábado 18

A pesar de que el cansancio empezaba a aflorar y los gemelos y algunas que otras cañas previas a bajar a la Caja Mágica ya pesaban, el concierto de un mito como Neil Young se hizo extremadamente disfrutable. Además, tras repasar los setlists de sus últimas actuaciones, afirmaba que no iba a tocar Rockin’ In The Free World, lo que hizo que cuando sonaron sus primeros compases el subidón fuera mayor, a pesar de que pusiera en juego mi integridad física. Pero no sólo del temazo vive el artista, y dejó mucha otras perlas en forma de Heart Of Gold, The Needle And The Damage Done, Like A Hurricane o Down By The River, donde demostró su maestría a la guitarra y su voz impeturbable al paso de los años. No hace mella la edad en él, y la banda que le acompaña no se queda corta, suponiendo su concierto un acercamiento del pasado al presente tan necesario como motivante.

Tanto la longitud del concierto de Neil Young como los desajustes que provocó en horarios trajo como consecuencia un rato considerablemente largo de vagar algo perdidos buscando algo que ver sin demasiada suerte. Biffy Clyro, con su indie rock con actitud y tintes alternativos aguantaron el tipo tras comparaciones que podían ser odiosas, y salieron al paso con suerte, ganas y entrega.

El final de fiesta del festival lo ponían dos bandas curtidas en la materia: la primera de ellas Two Door Cinema Club, que siguen viviendo de unos hits que cada día se ven más lejanos, a pesar de que sea indiscutible su capacidad para divertir. No seré yo quien eche tierra sobre I Can Talk o What You Know, pero desde el Tourist History ha llovido mucho y la banda no ha sabido continuar su trayectoria o reinventarse, quedándose en un divertimento algo intranscendente. La segunda, y auténtico tercer pitido del festival, fueron Capital Cities, un one hit wonder de libro. De nuevo, cumplieron sobradamente para entretener y hacer bailar al respetable, pero no deja de ser una propuesta que rápidamente se agota si depende sólo de las ganas del público por oír Safe and Sound. Y, ahora sí, con la máscara de crítico quitada, reconozco que dejar lo más frívolo y discotequero para el final del último día tampoco es que sea una mala idea.

En definitiva, un festival con mucho por pulir, pero camaleónico, ecléctico y con buenas ideas. Si puede sobrevivir a la tormenta de nuevas propuestas y mantenerse sobre unas bases claras y un ideario sólido, es posible que tengamos MadCool para rato.

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Una respuesta a Riguroso Directo: MadCool 2016

  1. letsgovaming dijo:

    Muy buena crítica sí señor!! Para mi el mejor concierto Die Antwoord, menudo directo!!!

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