The Menzingers.- After The Party

Tras la última vez que analicé un disco de The Menzingers, en 2012, no puedo evitar pensar que he sido injusto con ellos y que en su día critiqué de forma algo dura un disco que posteriormente he escuchado mucho y que me ha ido gustando más y más. On The Impossible Past sentaba las bases de Rented World y de este nuevo After The Party, y comenzaba a distanciarse de sus primeros álbumes algo insulsos y con un sonido poco determinada y ligeramente genérico.

Me es al menos simpático que la prensa más reconocida hable de «post-30 punk», y dentro de lo ridículo que es definir un sub-subgénero al enfocarlo un público de una determinada edad, sí que es verdad que grupos como The Menzingers (o Cheap Girls, Beach Slang y The Smith Street Band, entre otros) tratan mucho el tema del crecimiento personal, la madurez y las experiencias que se viven entre la década de los 20 y los 30.

the-menzingers-after-the-partyAfter The Party abre con ese sentimiento, y ya empieza a definir la fiesta que se ha acabado, indicando que lo único que queda son arrepentimientos, incertidumbre y, tal vez, uan tremenda resaca. Tellin’ Lies parte de un esquema bastante clásico, pero es la canción perfecta para abrir el álbum y definir su tono.

Lo que se va haciendo más evidente a medida que avanza After The Party es que estamos ante el disco menos punk y más rockero de The Menzingers, que se acercan al sonido de los últimos discos decentes de The Gaslight Anthem, American Slang y Handwritten. La influencia del sonido de Nueva Jersey, es decir, de Bruce Springsteen se ve a la perfección en Lookers, donde incluso se alude a este estado y sus chicas. Este mismo viraje también lo realizaron Japandroids de manera acertada en su Celebration Rock y con menos éxito en su último trabajo; y la banda de Scranton también atina con este tono en su nuevo disco.

La verdad es que After The Party comparte bastantes similaridades con Near To The Wild Heart Of Life, pero donde éste se hace algo artificial y cliché, The Menzingers logran dar su toque personal e impregnan de coherencia y empatía sus canciones, letras y relatos de viajes, borracheras y vida disoluta. After The Party suena cercano, creíble, y basado en hechos reales, como cuenta la pegadiza Midwestern States.

The Menzingers tampoco se han dejado nada en el tintero: After The Party es uno de sus discos de mayor duración, con trece temas y una parte final que no afloja y que contiene algunos de los más destacables del trabajo: la vibrante Boy Blue, el primer single Bad Catholics y el trío de Your Wild Years, The Bars y la homónima After The Party; que para mi gusto debería haber cerrado el álbum y no Livin’ Ain’t Easy, mucho menos contundente y definitoria.

Valga esta reseña como forma de enterrar el hacha con The Menzingers, a quienes no hice demasiado caso en su día, y que progresivamente se han convertido en una de las bandas de punk para treintañeros más destacadas del momento actual, y aunque su sonido se haya ido relajando posteriormente hacia un estilo mucho más cercano a los clásicos del rock, no han perdido mordiente, sentimiento ni interés.

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