La verdad es que debe llegar un momento en la vida en el que dejas de hacer caso a las noticias sobre «la nueva banda de Omar Rodríguez-López«, pero todavía no he llegado a él: tras la sorpresa de Bosnian Rainbows, la decepción que supuso Kimono Kult, y sus doce discos en solitario del año pasado, el hecho de que iniciara un nuevo proyecto con Teri Gender Bender de Le Butcherettes (quien también formó parte de Bosnian Rainbows) y con Buzz Osborne y Dale Crover de Melvins, era suficiente para seguirlo con interés.
Por supuesto, Crystal Fairy indicaba que iba a ser una auténtica batidora de estilos dado lo diverso de sus integrantes, y el propio eclecticismo y gusto por lo experimental de estos. Los primeros adelantos iban desde progresiones metaleras en Chiseler, a ritmos oscuros y agobiantes en Drugs In The Bus a rock potente y arrojado en la canción que da nombre al disco y a la banda.